Page 532 - De Angostura a Colombia EL COMBATE POR LA LIBERTAD Y UNA MAGNA REPÚBLICA EN 1819
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530   Valmore Carrero



             retirada al oriente venezolano, justo a la mitad de la población caraque-
             ña que, temerosa del festín de sangre que se avecinaba, huía despavorida
             de la cuchilla del despiadado Boves.
               Conocida la historia de estos hechos, poco o nada sabemos de cómo

             era ese hombre que los produjo, a no ser por aquellas características
             físicas que comúnmente vemos en esculturas y retratos, basada más en
             la idea mítica del héroe, que en las reales y verdaderas observadas por
             quienes lo retrataron en persona y de cuerpo presente. No sabemos a
             ciencia cierta si aquellas existentes, y tenidas como la verdadera faz del

             Libertador, son la real expresión de su auténtica fisonomía, pues no se
             sabe con precisión cómo se lograron tales imágenes, las cuales han dado
             vida a su rostro durante los últimos doscientos años.
               Poco o nada, insisto, encontraremos en documentos, memoriales o
             biografías, reseña ciertas y comprobables de los artistas que lo retrataron

             y los pormenores suscitados en torno a cómo y de qué manera fueron
             logrados tales obras, privándonos de saber con debida exactitud, el cómo
             se obtuvieron estos; es decir, para cuál de tantos artistas que lo pintaron
             posó el propio Libertador y cuál de tales retratos gozó de tal privilegio,
             pues a decir verdad muchas de aquellas obras quedaron casi que en el

             anonimato, la mayor de las veces careciendo del obligado indicativo de
             fecha, lugar donde fue realizados y hasta misma firma del autor.
               Sin embargo, muchas de sus características físico faciales, corporales
             e inclusive psicológicas, la encontraremos no en retratos pintador, sino
             en detalladas narraciones cuyos autores —cronistas, viajeros, diplomá-

             ticos, marinos mercantes, militares quienes conocieron en persona al
             mismo Simón Bolívar— le extendieron finas “pinceladas” descriptivas
             de su ser, tanto físico como psicológico. Textos por lo general guarda-
             dos en algún desván de anticuarios o antiguas bibliotecas sin el mayor
             alcance al común de la gente.
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