Page 6 - David contra Goliat
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Colección
Herederos de Bolívar
que éste la aboliera en Carúpano). El sistema político norteamericano,
miserable e hipócrita, no se avergonzaba de llamarse “democracia” a
pesar de sus dos millones de esclavos negros y del despojo violento
de tierras y el exterminio indígena. (Hoy tampoco se avergüenza de
aplicar torturas “legales” en sus bases militares. ¡Siempre en nombre
de la libertad!).
Aunque América Latina recibió a numerosos diplomáticos nortea-
mericanos, EE.UU. rechazó sistemáticamente las juntas patrióticas
desde México a Buenos Aires. Monroe, Secretario de Estado en 1812,
declaró con desparpajo “Los Estados Unidos se encuentran en paz con
España y no pueden, con ocasión de la lucha que ésta mantiene con sus
diferentes posesiones, dar ningún paso que comprometa su neutralidad”. A
todas luces esas declaraciones expresaban una hipocresía, no indivi-
dual sino como política de Estado.
Cuando las tropas comandadas por Bolívar capturan dos barcos
yanquis que, intentando burlar el bloqueo de Angostura y Guayana,
llevaban armas para los españoles, violando de manera desvergonza-
da la supuesta y tan mentada “neutralidad”, el Libertador mantiene un
duelo epistolar, jurídico y político, con Bautista Irving (delegado es-
tadounidense que también aparece en la correspondencia de Bolívar
mencionado como Irvine). Ese duelo de argumentos diplomáticos y
políticos se extiende desde el 29/7/1818 hasta el 1/10/1818. Bolívar
le reclama por “dar armas a unos verdugos y para alimentar unos tigres
que por tres siglos han derramado la mayor parte de la sangre americana
[…] No son neutrales los que prestan armas y municiones de boca y guerra
a unas plazas sitiadas y legalmente bloqueadas”. Además de cuestionar
la supuesta (y falsa) “neutralidad” yanqui se pregunta por las leyes
internacionales… para los débiles. Sus argumentos son tan actuales
que parecen escritos ayer a la tarde. Además de recordar el encar-
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