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(bohío o choza). En el rostro de la Virgen se sub-
rayan rasgos fenotípicamente indígenas.
En la riqueza emblemática de la obra de Pe-
dro Centeno Vallenilla, pintor, muralista y di-
bujante anzoatiguense, además de abogado
y diplomático, se entremezcla en forma des-
tacada mitología, leyendas, historia, imágenes
del arte universal, figuración religiosa e ima-
ginería popular. Solo él pudo plasmar -como
lo reclamaba el poeta Andrés Eloy Blanco- en
sus cuadros de santos y angelitos el color de
la tierra venezolana.
Tres años antes de su proclamación como Pa-
trona de Venezuela, Centeno Vallenilla había
culminado un retrato de la Virgen coromotana,
pero a diferencia de las innumerables estampas
que de ella se han hecho con rasgos caucásicos, Reliquia de la Coromoto. Fuente:
Biord Castillo, H. (2013) Huellas
la de Centeno está de pie, sobre las aguas con de la Virgen María en Venezue-
el Niño en brazos, recordando a las crónicas de la: cultos y devociones. Caracas:
Fundación Empresas Polar.
su aparición; asimismo aparecen en el margen
inferior derecho, los indígenas Coromoto y su
pareja. Es una imagen serena, indígena, tropical. ojos de laguna, rodeada de pródiga flora y frutos
La pintura fue ofrecida al papa Pío XII por la de- que solo el campo venezolano puede brindar.
legación de la Juventud Católica Femenina Ve- La Patrona sostiene en su mano izquierda a un
nezolana que asistió al Congreso Internacional niño Jesús coronado, de pie y ojos almendrados
de Acción Católica celebrado en esos tiempos impartiendo bendición con su mano derecha y
en la ciudad Eterna. Esa pintura forma parte de en la izquierda sostiene una esfera. El niño Jesús
la Colección Vaticana. parado sobre una peana que parece flotar está
Poco después, siguiendo esa inspiración y mis- sostenido por tres querubines que se encuen-
mo esquema, pinta con delicados colores paste- tran debajo de él: uno blanco, uno indio y otro
les una nueva Virgen de Coromoto de sublimes negro que representan al europeo, indígena y
La Coromoto de Capuchinos ¦ 65
