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tiempos del gobernador Felipe Ricardos (1755), a El Chorro. Entrados los primeros años del siglo
quizás el primer urbanista con el cual contó XX, el Pasaje Capitolio (1930) entre las esquinas
la ciudad, se levantarían arcadas perimetrales, de Padre Sierra a Monjas, se incorpora a la gama
estéticamente sobrias pero que le otorgaban de lugares de compra con diversas tiendas reuni-
a la plaza su propio carácter. Solo la parte del das bajo un mismo techo, popularizándose por
lado sur no resistiría los embates del aciago su conjunto de comercios, el cual permite poder
terremoto del jueves Santo de 1812, tanto así, recortar camino entre Padre Sierra y la esquina
que Camille Pissarro en su paso por estas tie- El Conde.
rras, las retrataría en uno de sus cuadros, y ha- El Pasaje Zingg fue todo un acontecimiento para
bían transcurrido casi medio siglo. Hacia 1862 la Caracas que estaba despertando del sueño
bajo el gobierno de José Antonio Páez (1862) el apacible casi provincial, “la Caracas de los techos
mercado fue trasladado a la plaza San Jacinto. rojos” de Juan Antonio Pérez Bonalde. Se inaugu-
Las arcadas fueron demolidas en 1876. ra el 6 de mayo 1953. A pesar de los esfuerzos
Antonio Guzmán Blanco, en su empeño de de Guzmán Blanco de modernizar la capital, aún
afrancesar Caracas, barrió mucho de los testimo- el caraqueño se resistía a caminar más allá de su
nios coloniales de la ciudad para estampar hitos circuito conocido, puesto que la mayoría de los
y nomenclaturas de París: Academias, Capitolio, comercios se centraban en el perímetro colonial
bulevares, edificios y templos neoclásicos y neo- de las ocho manzanas que bordean la plaza Bo-
góticos, hasta una réplica a menor escala de la lívar. El Pasaje Zingg significó una mudanza en
Santa Capilla. La plaza Mayor, que para esos días el comportamiento del consumidor capitalino.
se llamaba Catedral, pasó a denominarse con el Posteriormente, con la ampliación de la ciudad
epónimo del Libertador (aunque, a decir verdad, hacia el este, se empezarían a levantar los centros
la Diputación Provincial de Caracas en 1825 había comerciales en condiciones: el primero de ellos,
decidido que la plaza San Jacinto llevara el nom- el Centro Comercial Chacaíto, e incluso un poco
bre de plaza Bolívar). También es la oportunidad antes con el Centro Comercial Las Mercedes en
de ampliar el “centro comercial”, es decir, el mer- la entonces periférica urbanización homónima
cado en la plaza San Jacinto. Pero de seguidas se solo que el vehículo sustituye al peatón, cam-
levantan los incipientes shoppings caraqueños: biando así el estilo cotidiano de vida citadina: the
el Pasaje Ramella, entre las esquinas de Gradillas american way to life.
a San Jacinto (hoy demolido) y el Pasaje Linares Le debemos a la genialidad de Arthur Kahn,
(1891) en la avenida Universidad, entre Traposos con su espíritu reverberante decó, además del
Escalera al cielo ¦ 61