Page 514 - Sencillamente Aquiles
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sencillamente aquiles
hasta que una hermosa cueva
lograron por fin hacer
con kiosko, jardín y gradas
como si fuera un chalet.
Había entre los ratones
que allí nacieron después
una ratica más linda
que la rosa y que el clavel.
Su nombre no era ratona
como tal vez supondréis,
pues la llamaban Hortensia
que es un nombre de mujer.
Y era tan linda, tan linda
que parecía más bien
una violeta pintada
por un niño japonés:
parecía hecha de plata
por la color de su piel
y su colita una hebra
de lana para tejer.
Pero era muy orgullosa.
Y así ocurrió que una vez
se le acercó un ratoncito
que allí vivía también
y que alzándose en dos patas,
temblando como un papel,
le pidió a la ratoncita
que se casara con él.
—¡Qué ratón tan parejero!
—dijo ella con altivez—.
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