Page 474 - Sencillamente Aquiles
P. 474
sencillamente aquiles
por dónde volaba,
en una embestida
que dio de la rabia,
cayó nuestra avispa
en un vaso de agua.
¡Un vaso pequeño
menor que una cuarta
donde hasta un mosquito
nadando se salva!…
Pero nuestra avispa,
nuestra avispa brava,
más brava se puso
al verse mojada,
y en vez de ocuparse
la muy insensata
de ganar la orilla
batiendo las alas
se puso a echar pestes
y a tirar picadas
y a lanzar conjuros
y a emitir mentadas,
y así poco a poco
fue quedando exhausta
hasta que furiosa,
pero emparamada,
terminó la avispa
por morir ahogada.
474