Page 431 - Sencillamente Aquiles
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aquiles nazoa


              el caballero: ¡Hum! A mí lo que me parece que está bo-
                  tado son los doce mil bolívares…
              la señora: ¿Cómo dijo?

              el caballero: Aquí… Que sí, que está barato… Que so-
                  lamente la niñita vale los doce mil bolívares… Porque
                  esos pianos los venden con niñita y todo, ¿verdad?

              la señora: ¡Cómo…!
              la dama: Que… Quiere decir que la niñita vale un tesoro,
                  que toca divinamente.

              la señora: ¡Ay, qué amable!… Y eso que ustedes no la
                  han oído tocando cuatro.

              el caballero: ¿Cómo? ¿Tocando cuatro pianos? ¡Si con
                  uno toca tan mal, cómo será ese zaperoco con tres más!
              (En ese momento termina el concierto. Todos aplauden con
              robusto entusiasmo.)
              la señora (Yendo muy relamida hacia la niñita): ¡Ay, qué
                  éxito te has anotado, Triquinia! ¡Escucha esos aplausos!
                  ¡Vas a tener que tocarles otra cosa.
              todos: ¡No, no, la pistola! ¡Socorro, socorro!

              la señora: ¿Cómo que no? Pero y entonces, ¿por qué
                  aplauden, pues?
              el caballero: Es que usted está tomando el rábano por las
                  hojas, señora. Nosotros no estamos aplaudiendo para
                  que toque otra vez, sino porque ya terminó de tocar.


              telón rápido




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