Page 313 - Lectura Común
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Luis Alberto Crespo
                  Alguien certifica en sustentados testimonios y en inciertos
               apócrifos que Colón estampó su fe de bautismo para contentar
               a la fullera realeza de una princesa; otro asevera que su nombre
               proviene de la prosodia de los navegantes por mares de utopía y
               más luego, en tiempos de la guerra de Bolívar, que fuese el fraile
               refractario Madariaga culpable de macular su patronímico de
               esplendor ganoso de motejar la tocaya de la patria de los fieros
               espartanos, más sensibles a la degollina que al hedonismo del
               adorno y la pretensión y sin parecido alguno con la plácida playa
               de sus flancos ni el ligero ventalle de su espinar y de su palma.
                  Dondequiera que la busquemos y cualquiera sea nuestro
               encuentro con su memoria y su presencia enmendaremos  ese
               apelativo de ilota y de hoplita, por preferir el de la flor de la arena y
               del viento de la margarita de la flor y la perla.
                  De tales noticias versa un libro enriquecido con la mirada del
             [ 312 ] fotógrafo José Voglar, maestro de la contemplación paisajística,
               biógrafo de la luz. Titúlase Margarita preciosa y ha sido publi-
               cado por el Centro de Arte La Estancia, de Pdvsa, como uno de sus
               esmeros en la divulgación del Plan Siembra Petrolera. Su autora,
               que jura  tener sus ancestros en  Juan Griego, es  Lourdes Fie-
               rro Bustillos. Ella quiso contarnos el pormenor del archipiélago
               de su estima desde su más lejana lejanía hasta su más próximo
               instante teniendo por excusa la Primera Cumbre Energética
               Suramericana.
                  Tal lectura es, así, diversa, varia: leyenda, versículo, rúbrica,
               aguja de marear, bitácora, pluma, catecismo y espada; también
               apóstrofe de malandanza colonialista, ludibrio de cédula real,
               abominación por el no cristiano, ociosidad de patrón, estulticia
               del engolillado y el reverendo, luego venganza por la larga afrenta,
               iracundia de refractarios, arrojo en campo de olas y de guasábara,
               barullo, zafarrancho, refriega, combate, muerte, resurrección
               y conquista de soberanía nacional y continental. Pero asimismo
               paisaje, todo paisaje insular posible: el que acepta cada confiden-
               cia, cada rastro, el del filo cariado de la costa rocosa, el del filo de






       Lectura comun heterodox   312                                   13/4/10   12:36:06
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