Page 401 - La escena contemporánea y otros escritos
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Mariátegui: política revolucionaria. Contribución a la crítica socialista
poblaciones criollas, en las cuales los reflejos de la Revolución Francesa
habían generado un humor revolucionario.
Mas las generaciones siguientes no continuaron por la misma vía.
Emancipadas de España, las antiguas colonias quedaron bajo la presión
de las necesidades de un trabajo de formación nacional. El ideal america-
nista, superior a la realidad contingente, fue abandonado. La revolución
de la independencia había sido un gran acto romántico; sus conduc-
tores y animadores, hombres de excepción. El idealismo de esa gesta y
de esos hombres había podido elevarse a una altura inasequible a gestas
y hombres menos románticos. Pleitos absurdos y guerras criminales
desgarraron la unidad de la América Indo-Española. Acontecía, al mismo
tiempo, que unos pueblos se desarrollaban con más seguridad y velocidad
que otros. Los más próximos a Europa fueron fecundados por sus inmi-
graciones. Se beneficiaron de un mayor contacto con la civilización occi-
dental. Los países hispano-americanos empezaron así a diferenciarse.
Presentemente, mientras unas naciones han liquidado sus
problemas elementales, otras no han progresado mucho en su solución.
Mientras unas naciones han llenado a una regular organización demo-
crática, en otras subsisten hasta ahora densos residuos de feudalidad. El
proceso del desarrollo de todas estas naciones sigue la misma dirección;
pero en unas se cumple más rápidamente que en otras.
Pero lo que separa y aísla a los países hispano-americanos, no es esta
diversidad de horario político. Es la imposibilidad de que entre naciones
incompletamente formadas, entre naciones apenas bosquejadas en su
mayoría, se concerte y articule un sistema o un conglomerado interna-
cional. En la historia, la comuna precede a la nación. La nación precede a
toda sociedad de naciones.
Aparece como una causa específica de dispersión la insignificancia
de vínculos económicos hispano-americanos. Entre estos países no
existe casi comercio, no existe casi intercambio. Todos ellos son, más
o menos, productores de materias primas y de géneros alimenticios
que envían a Europa y Estados Unidos, de donde reciben, en cambio,
máquinas, manufacturas, etc. Todos tienen una economía parecida, un
tráfico análogo. Son países agrícolas. Comercian, por tanto, con países
industriales. Entre los pueblos hispano-americanos no hay cooperación;
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