Page 228 - La escena contemporánea y otros escritos
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La escena contemporánea y otros escritos


               todo momento a dar un consejo serio a quien lo interrumpa para pedír-
               selo, —consejo bien razonado, que resulta más imperioso que cualquier
               orden— respira alegría: cada arruga suya ha sido trazada por la risa, no
               por la preocupación”.
                  Este retrato de un periodista británico, circunspecto y anastigmá-
               tico como un objetivo Zeiss, nos ofrece un Lenin sana y contagiosa-
               mente jocundo y plácido, muy disímil del Lenin hosco, feroz y ceñudo de
               tantas fotografías. Ni taciturno, ni alucinado ni místico. Lenin es, pues, un
               individuo normal, equilibrado, expansivo. Es, además, un hombre bien
               abastecido de experiencia y saturado de modernidad. Su cultura es occi-
               dental; su inteligencia es europea. Lenin ha residido en Inglaterra, en
               Francia, en Italia, en Alemania, en Suiza. Su orientación no es empírica
               ni utopista sino materialista y científica. Lenin cree que la ciencia resol-
               verá los problemas técnicos de la organización socialista. Proyecta la
               electrificación de Rusia. Bertrand Russell, que califica de ideológico este
               plan, juzga a Lenin un hombre genial.
                  La vida de Lenin ha sido la de un agitador. Lenin nació socialista.
               Nació  revolucionario.  Proveniente  de  una  familia  burguesa  Lenin  se
               entregó, sin embargo, desde su juventud, al socialismo y a la revolución.
               Lenin es un antiguo líder no sólo del socialismo ruso sino del socialismo
               internacional. La Segunda Internacional, en el Congreso de Stuttgart de
               1907, votó esta moción suya y de Rosa Luxemburgo: “en el caso de que
               estalle una guerra europea los socialistas están obligados a trabajar por
               su rápido fin y a utilizar la crisis económica que la guerra provoque para
               sacudir al pueblo y acelerar la caída del régimen capitalista”. Esta decla-
               ración contenía el germen de la revolución rusa y de la Tercera Inter-
               nacional. Fiel a ella, Lenin explotó las consecuencias de la guerra para
               conducir a Rusia a la revolución. Timoneada por Lenin, la revolución rusa
               arribará en noviembre a su sexto aniversario. La táctica diestra y cauta
               ha evitado los arrecifes, las minas y los temporales de la travesía. Lenin
               es  un  revolucionario  sin  desconfianzas,  sin  vacilaciones,  sin  grimas.
               Pero no es un político rígido ni inmóvil. Es, antes bien, un político ágil,
               flexible, dinámico, que revisa, y rectifica sagaz y continuamente su obra.
               Que la adapta y la acondiciona a la marcha de la historia. La necesidad
               de defender la revolución lo ha obligado a algunas transacciones. Sobre


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