Page 46 - La dimensión internacional del Gran Mariscal de Ayacucho
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46  Rafael Ramón Castellanos



             dole que a pesar de lo que acontece en España él está atento a cualquier
             eventualidad y puntualiza que “en estos momentos estamos con cuidado de
             que se dice que La Torre ha llegado con sus tropas a La Grita”. 54
               El general Pablo Morillo que viene manejando con prudencia el tras-
             fondo de la revolución de Riego y Quiroga en España, desde su Cuartel
             General en Caracas el 12 de junio les hace saber por circular al Mariscal de

             Campo don Miguel de la Torre, brigadier don Pascual Real y don Francisco
             Tomás Morales, Gobernador de Cumaná y otros Jefes y autoridades que
                   la proclama adjunta impondrá a V.S. de las disposiciones que he
                 tomado con respecto a los emigrados de estas provincias y la inclu-
                 yo para que sirva de norma en la conducta que debe observarse con
                 los que volviesen a sus domicilios: conducta de franqueza y buena fe
                 que seguirá V.S. inviolablemente, como que es la voluntad del Rey,
                 y de ella depende una gran parte de la pacificación. 55

               Al comandante de la Marina Nacional Española en América, sección Ve-
             nezuela, el 17 de junio siguiente, el mencionado jefe máximo de las fuerzas
             peninsulares le hace saber que
                   deseoso el Rey de poner término a las turbaciones de estas provin-
                 cias, se ha dignado tomar cuantas medidas le ha dictado su magná-
                 nimo corazón y para llevarlas a cabo es su voluntad que ante todas
                 cosas se suspendan las hostilidades  y da la orden perentoria de
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                 proceder en tal sentido.
                   Al Congreso establecido en Guayana le anuncia las medidas y
                 termina apuntando
                   ¡Qué metamorfosis tan agradable para nosotros todos, cuando
                 nos reunamos y me presente sin los aparatos de guerra, y sin más
                 investidura que la de un pacífico ciudadano español, concurriendo


             [ 54 ]_ Ídem p. 27.
             [ 55 ]_ Ídem p. 35.

             [ 56 ]_ Ídem p. 43.
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