Page 323 - La dimensión internacional del Gran Mariscal de Ayacucho
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             quisiese, con su pequeña fuerza y sus escasos recursos, luchar a un
             mismo tiempo con Brasil y Perú. Esto, a mi juicio, no tiene réplica.
             Vamos a otra cosa.

               Si la libertad, más bien que un derecho primitivo, es el resultado
             del goce de la propiedad, seguridad, igualdad, honor y otras garan-
             tías sociales Vd. puede tranquilizarse sobre la tiranía que teme en
             Bolivia; pues yo puedo asegurarle que los ciudadanos disfrutan con
             tranquilidad completa de sus bienes; que las contribuciones en nin-
             gún estado son menores que en éste y que la exacción de ella se hace
             sin vejámenes ni violencias; que los tribunales no distinguen entre
             poderosos y miserables: que en prueba de esto hay varios ejemplos
             de haberse fallado contra los ministros; en fin, que el buen nombre
             de los ciudadanos no se vulnera impunemente.

               Por otra parte, ningún tirano deja de vincularse con el altar, es-
             pecialmente donde la superstición ha tenido un imperio absoluto y
             yo creo que V. no ignora que en Bolivia se han atacado de firme mil
             abusos eclesiásticos y héchose reformas importantes, que aunque
             los sacerdotes dignos de este venerando nombre las han aplaudido,
             aúllan, mugen y ladran otros fanáticos, que en el laboratorio sacro-
             químico supersticioso habían encontrado la piedra filosofal.
               También es cierto que el despotismo rara vez deja de aborrecer
             las luces, pues sabe que ellas son las que lo descubren, denuncian y
             trazan los planes de su caída. V. vendrá a Bolivia: dos años ha esclava
             del Nebrija, Goudin, Gonet, Larraga y Kes, y la verá con magníficos
             colegios en cada una de sus provincias, donde la juventud aprende
             conocimientos útiles, ciencias exactas, dogmática selecta, derecho
             público, &, &. ¿Dirá V. que sueño? No, amigo, que los exámenes
             públicos, aun de las educandos de varias provincias, son un testimo-
             nio irrefragable de los progresos que ha hecho la juventud.
               Ya va muy larga la carta y por eso, sin hablar de otras mil mejoras
             y establecimientos útiles que V. encontrará, concluyo diciéndole:
             Sucre se va, se va, se va. No es un niño para hacer protestas pri-
             vadas y oficiales tan repetidas de irse, y para haber resistido cons-
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