Page 64 - Entre suenos y rochelas. Poemas y otros escritos
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que entierren mi memoria junto a mi corazón.
           Cuando apueste al más fuerte y el débil no me importe,
           cuando ya no soporte sentarme a componer,
           no creo que haya galeno que salve mi existencia,
           pues no existirá ciencia que me devuelva el Ser.


           Si niego que mi alma se parte en mil pedazos
           cuando evoco a esos seres que amo, aunque no estén,
           que muero por tenerlos llorando entre mis brazos,
           maldíceme mil veces y en voz alta di Amén.

           Si escuchas de mi boca que soy un ser perfecto,
           el más sabio de todos, el único, el mejor,
           óyeme y no me escuches, y así harás lo correcto,
           pues un ser tan abyecto merece lo peor.

           Si pido que mi pueblo se rinda, que no luche,
           que ya no sienta suyas las canciones de Alí.
           Cabalga, vete lejos, no me oigas, no me escuches,
           no te mueras conmigo, aléjate de mí.

           Cuando ya no le tema al Todopoderoso,
           y anhele lo sombrío y no del sol su luz;
           busca tú la alborada, la estrella de lo honroso,
           no caigas en mi foso, no cargues con mi cruz.


           Y en caso que llegasen esos tiempos funestos,
           solo evoca lo hermoso, en mí no inviertas fe;
           no intentes hacer nada y suprime el afecto,
           porque ya estaré muerto, aunque me veas de pie.








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