Page 170 - Ecosocialismo
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Sobre la medicina tradicional indígena  169



           más que poseer valores nutritivos, tenía propiedades satánicas, ya
           que los indígenas la usaban para fines maléficos, como la adoración
           o invocación a Satanás.
              El Segundo Concilio Provincial, en 1567, reafirmó su rechazo
           al consumo de la hoja de coca en el que incurrían los indígenas. En
           el título XIV de la Recopilación de Leyes de Indias, se dice: “Somos
           informados que de la costumbre que los indios del Perú tienen en
           el uso de la coca, y su granjería, se siguen grandes inconvenientes,
           por  ser  mucha  parte  de  sus  idolatrías,  ceremonias  y  hechice-
           rías, y fingen que trayéndola en la boca les da más fuerza, y vigor
           para el trabajo, que según afirman los experimentados es ilusión
           y demonio, y en su beneficio perecen millares de indios, por ser
           cálida y enferma la parte donde se cría”.
              De modo que la coca, que la cultura andina cultivaba otorgán-
           dole poderes divinos, fue vista por la Iglesia católica como una
           hierba satánica y maligna, cuyo uso atentaba no sólo contra las
           buenas costumbres humanas, sino también contra la moral cris-
           tiana. Ya dijimos que el rey Felipe II cambió de parecer cuando supo
           que la prohibición de la “hierba satánica” tenía efectos negativos
           sobre su economía.
              La coca, cuyo origen se remonta al período posglacial en estado
           silvestre, fue asimilada y domesticada por los indígenas que habi-
           taban en los descuelgues del macizo andino, hasta que los conquis-
           tadores la introdujeron en Europa, donde los científicos le dieron el
           nombre de “erythroxylon coca”, debido a su compuesto químico, del
           cual la cocaína es uno de sus alcaloides más conocidos.
              El alcaloide puro fue aislado por primera vez en 1860 por el
           químico alemán Niemann. Este observó que tenía sabor amargo
           y producía un efecto curioso en la lengua, dejándola insensible.
           Pocos años después, Angelo Mariani se hizo famoso con la fabrica-
           ción de un brebaje al que se atribuía propiedades ”mágicas”, pues
           recibía cartas y saludos de todo el mundo, mientras se aplaudían
           las virtudes de su compuesto químico, que fue introducido en el
           arsenal médico como anestésico local. Luego, apareció la cocaína,
           una droga estimulante adictivo del sistema nervioso central y su
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