Page 615 - De mi propia mano
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“Desde que llegué anteayer a Neiva se me informó que en Venezuela
                          han ocurrido algunas novedades. al entrar aquí hoy me han dicho que
                          ellas son de tal tamaño, que se trata nada menos que de separación;
                          y que por tanto los diputados de caracas no vienen al congreso”.
                          “... adiós mi querido General. ¡cuánta pena tengo, y cuánto disgusto
                          por los disgustos de ud.! un tumulto sobre otro, una novedad sobre
                          otra, y las facciones que se suceden despedazan a colombia y el co-
                          razón de ud. ¡Qué triste época y qué desgraciada Patria!!!...” (carta
                          al libertador, Purificación, 27 de diciembre de 1829).

                     1830 llega a bogotá y es designado presidente del congreso admirable que
                          lo comisiona junto con el obispo de Santa Marta, José María estévez,
                          para que pasen a Venezuela a entrevistarse con el general Páez en
                          busca de un avenimiento; llegan a táriba (Venezuela) (14 de marzo)
                          donde se les intimida a no continuar adelante, sin embargo llegan
                          hasta la Grita pero se ven obligados a regresar a cúcuta, donde se
                          reúnen con los comisionados venezolanos: general Santiago Mariño,
                          presbítero Fernández Peña y Martín tovar Ponte; las conversaciones
                          se prolongan por tres días sin resultado alguno y regresa a bogotá,
                          de donde continúa hacia Quito a reunirse con su familia; marcha vía
                          Popayán y Pasto y es asesinado a traición en la selva de berruecos (4
                          de junio) poco después de las 8 de la mañana.
                          “... Veo delante de nosotros todos los peligros y todos los males de las
                          pasiones exaltadas, y que la ambición y las venganzas van a desplegarse
                          con todas sus fuerzas...” (carta al libertador, cúcuta, 6 de abril de
                          1830).
                          “... yo temo por todos los beneméritos capaces de redimir la patria.
                          el inmaculado Sucre no ha podido escaparse de las asechanzas de
                          estos monstruos. yo no sé qué causa ha dado este general para que
                          atentasen contra su vida, cuando ha sido más liberal y más generoso
                          que cuantos héroes han figurado en los anales de la fortuna” (Simón
                          bolívar, carta a Juan José Flores, cartagena, 1  de julio de 1830).
                                                                o
                          “... las lágrimas de usted parece que deben aumentarse por la con-
                          fluencia de las que colombia entera derrama sobre la losa de la víctima
                          más ilustre” (Simón bolívar, carta “a la Gran Mariscala de ayacucho”,
                          como llama a la marquesa de Solanda, 5 de noviembre de 1830).







                                          biblioteca ayacucho
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