Page 539 - De mi propia mano
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al separarme, haré una confesión ingenua que servirá de ejemplo a
mis sucesores. Desde que estoy encargado del gobierno de bolivia, mis
sentimientos todos los he sometido a mis compromisos con ella. aún en
las cuestiones que han ocurrido con los limítrofes, no he conocido otro
lenguaje que el que exigía mi puesto público, y por él han callado mis in-
clinaciones particulares. Siguiendo los principios de un hombre recto, he
observado el de que en política no hay ni amistad ni odio, ni otros deberes
que llenar, sino la dicha del pueblo que se gobierna, la conservación de
sus leyes, su independencia y su libertad. Mis enemistades o mis efectos
han sido, en mi administración, los enemigos o amigos de bolivia. aun
el presente documento, que es mi último acto público, va marcado por
este proceder.
No concluiré mi mensaje sin pedir a la representación nacional un
premio por mis servicios que, pequeños o grandes, han dado existencia a
bolivia, y que lo merecerán por tanto.
la constitución me hace inviolable; ninguna responsabilidad me cabe
por los actos de mi gobierno. Ruego, pues, que se me destituya de esta
prerrogativa, y que se examine escrupulosamente toda mi conducta. Si
hasta el 18 de abril se me justifica una sola infracción de ley; si las cámaras
constitucionales juzgan que hay lugar a formación de causas constitucio-
nales juzgan que hay lugar a formación de causa al Ministerio, volveré de
colombia a someterme al fallo de las leyes. exijo este premio con tanta
más razón, cuanto que declaro solemnemente que, en mi administración,
yo he gobernado: el bien o el mal, yo lo he hecho; pues, por fortuna la
naturaleza me ha excluido de entre esos miserables seres que la casualidad
eleva a la magistratura, y que, entregados a sus ministros, renuncian hasta
la obligación de pensar en los pueblos que dirigen.
los ministros sólo han tenido aquí la organización de los ramos de su
departamento, en los cuales han gozado de toda la amplitud que les era
necesaria. al despedirme, pido esta recompensa a los representantes de la
nación; y si por respeto a la ley la rehúsan al presidente de bolivia, que no
la nieguen a su gran ciudadano, que con tanta consagración ha servido y
que la implora como la garantía que lo ponga a cubierto de las acusaciones,
con que la maledicencia y la envidia querían calumniarlo.
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