Page 538 - De mi propia mano
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a los caudillos de una defección con que clavaron un puñal a su patria, y
                 éste es un terrible obstáculo para que la fuerza armada de la República
                 vuelva al mismo brillo con que empezó su carrera. en medio de tantas
                 calamidades, parece que un triste desengaño va por fin uniendo los es-
                 píritus de los militares disidentes con los fieles, y que la reconciliación
                 sucederá a las rivalidades. consolidada esta unión, y con esmero de los
                 jefes, los cuadros del ejército bastarán a subirlo a 6.000 soldados que
                 debe mantener la República sobre las armas, hasta hacerse respetar por
                 los que no reconocen otro derecho que el de la fuerza, y que la nación
                 puede sostener con sus rentas corrientes, si se sigue la economía que estaba
                 establecida; porque en adelante ni ajustes atrasados, ni gratificaciones, ni
                 transportes de cuerpos auxiliares, ni otra porción de gastos extraordinarios
                 absorberán los ingresos comunes.
                    en la parte de guerra me he extendido en detalles, porque las circuns-
                 tancias así lo exigen. el ministro de este departamento presentará opor-
                 tunamente los estados y relaciones del mes de abril, y los de las fuerzas,
                 armas y pertrechos existentes.
                    Después de haber dado una minuciosa cuenta de los sucesos y de la
                 situación de la República, me resta informaros que, habiendo cumplido
                 mi promesa de permanecer en bolivia, hasta agosto de 1828, me ausento
                 hoy de regreso para mi patria. conforme al artículo 82 de la constitución,
                 queda el Poder ejecutivo en el consejo de Ministros nuevamente organi-
                 zado por decreto de hoy, mientras que la representación nacional aprueba
                 el vicepresidente de la República que en virtud de las atribuciones cons-
                 titucionales del presidente, propongo en este pliego, que dejo cerrado en
                 vuestras manos y que contiene otros tres de los candidatos que, conforme
                 a nuestras instituciones, debo presentar al cuerpo legislativo.
                    Me despido, señores, de vosotros y de bolivia; y no dudo que sea para
                 siempre, porque cuento que al instante reuniréis el congreso constitucional,
                 ante quien de hecho está sometida mi renuncia, y por quien de hecho me
                 considero, desde el momento de su instalación, exonerado eternamente
                 de la presidencia. Juzgo que aprovecharéis el tiempo de vuestras sesiones,
                 y que la dignidad, la firmeza y el patriotismo las guíen con tanta sabiduría,
                 moderación y amor al bien público, como en 1826.


                                           De Mi PRoPia MaNo
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