Page 507 - De mi propia mano
P. 507

200. “ÉSte eS el JuRaMeNto Que oS haGo”


                                                  chuquisaca, 28 de octubre de 1827

                 excmo. señor Simón bolívar, padre y fundador de bolivia.


                 Señor:


                 el pueblo boliviano, nombrándome su primer magistrado constitucional,
                 quiso dar nuevos testimonios de su gratitud a los servicios que me mandó
                 hacerle la victoria y que estaban reclamando por la justicia. extendiéndose
                 más allá de los límites que tocan a una nación, respecto de un hombre que
                 nacido fuera del país, sólo tiene los títulos de la fortuna, me obligó por los
                 actos mismos de su benevolencia a contenerla, limitando en algún modo
                 su desprendimiento.
                    Sabéis, señor, que amo a bolivia como el suelo mismo en que vi la luz;
                 sus multiplicados derechos a mi estimación, colmándome de honores y de
                 favor, se aumentan con los muy especiales que le da su nombre; este nom-
                 bre que excita el entusiasmo y la veneración de todos los americanos, a
                 quienes bolívar sacó de la abyección y del oprobio para la libertad. es por
                 tanto mi deber cuidar de la dignidad de este pueblo generoso, y cuando se
                 ha creído, o figurado creer, en algunas partes de nuestro continente, que él
                 se ha degradado o plegádose a sugestiones, eligiendo a un extranjero para
                 su presidente constitucional, me pertenece como a su gran ciudadano pre-
                 servarlo de una nota, tanto más dañosa a su reputación exterior cuanto que
                 se le imputa al momento de aparecer entre las naciones libres del Nuevo
                 Mundo.
                    Si a esta consideración se añade mi repugnancia a la carrera pública, y
                 mi insuficiencia para aquel elevado puesto, encontraréis razones demasia-
                 das, no sólo para probar mi resistencia a aceptar la magistratura suprema,
                 sino para aplaudir mi resolución de entregar inmaculada la hija predilecta
                 del padre de bolivia, al congreso constitucional. Me consuela, señor,
                 que vuestro constante beneplácito de mi conducta, disculpe que en esta




                                          biblioteca ayacucho
                                                469






       De mi propia 6 Arabigo.indd   469                                     12/11/2009   09:30:51 a.m.
   502   503   504   505   506   507   508   509   510   511   512