Page 503 - De mi propia mano
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como enviada del Perú, existiría. No sé qué hará ud. luego que llegue a
                 bogotá, y sepa que esa división no causa el daño a que fue enviada; pero
                 que sí existen alborotos de gran consideración en el sur, y especialmente
                 en Guayaquil. yo he dado muy frecuentes avisos al Gobierno de las miras
                 del gobierno de lima sobre el sur, y si tienen la simpleza de no creerlo, se
                 arrepentirán. No sé cómo el Gobierno no calculó que las instigaciones del
                 Perú que nunca han cesado, debían presentarse más, al ver los ultrajes que
                 hacían los papeles oficiales de bogotá a los departamentos del sur. Desde
                 que vi tales papeles me dispuse a esperar resultados desagradables en el sur;
                 pero conozco a la gente de allí; y aunque bastante dóciles, sé que se afectan
                 mucho con esta clase de insultos, que a la verdad son insoportables.
                    ansío, pues, por saber qué partido toma ud. al llegar a bogotá donde
                 se le ofrecerán algunas dificultades. las circunstancias ocurridas en la in-
                 admisión de la renuncia de ud., creo que lo inclinen a tomar la Presidencia;
                 el estado de la República es algo apurado y aflictivo; las cosas del sur le
                 darán algún cuidado. Pienso, pues y repienso, qué hará. ud., y me deses-
                 pero por saberlo. Me dicen que ud. salía de caracas a fin de junio para
                 estar en bogotá el 3 de agosto; me prometo que inmediatamente me habrá
                 escrito ud. con extensión.
                    cuando ud. dictaba la carta del 6 de abril en caracas, y el oficio con
                 que la acompañó exigiendo mi quedada en bolivia, estaría ud. lejos de
                 pensar las dificultades que me rodeaban para aquella fecha. Éstas no se han
                 aumentado, a decir verdad, porque estoy cierto que el pueblo boliviano me
                 estima; pero tampoco se han disminuido, porque cada vez vienen más y más
                 instigaciones del Perú para incomodarme. ud. sabe mi repugnancia a mandar
                 pueblos; y si a ésta se añade una posición trabajosa, enclavado entre cuatro
                 enemigos como dijo ud. en su carta de Popayán, deducirá que mi actual
                 situación es violenta para mi genio; pues me veo obligado a estar aún unos
                 días en un puesto que aborrezco. esto creo que baste a justificarme si niego
                 a ud. el permanecer en bolivia a la cabeza del Gobierno; porque sufriendo
                 mi espíritu y aun mi salud, haría un sacrificio que pronto acabaría con mis
                 días y sin provecho; digo sin provecho, porque realmente el fastidio de los
                 negocios me haría en breve aburrir del Gobierno y en nada serviría al país.




                                          biblioteca ayacucho
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