Page 501 - De mi propia mano
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en el congreso como un loco y Santa cruz paga ya sus inconsecuencias con
                 el desprecio de siempre. Dicen las cartas de arequipa que Santa cruz venía a
                 allí con el designio de insurreccionar los departamentos de cuzco, arequipa
                 y Puno contra la Mar, resentido de que éste haya sido elegido presidente. he
                 visto la carta de uno de los más juiciosos diputados del congreso de lima a
                 un amigo suyo muy respetable de la Paz, en que asegura que es imposible
                 que el Perú permanezca tranquilo dos meses; pinta el estado del país en
                 una grande agitación. trasmito a ud. estas noticias como me han venido y
                 supongo que ud. las tendrá más exactas del señor armero.
                    las provincias argentinas siguen como siempre. hoy los partidos cen-
                 tralistas y federalistas se combaten. De un año acá han muerto más de mil
                 hombres en los encuentros que ha habido desde Santiago hasta Salta. ese
                 país creo que no se organizará en muchos años.
                    Juzgue ud. que bolivia colocada entre las provincias argentinas y el Perú
                 deberá incendiarse. hasta hoy no hay siquiera síntomas de rebelión; pero
                 temo que va a empezar por las tropas auxiliares autorizadas ya para amoti-
                 narse. espero sólo unas contestaciones del enviado de bolivia en el Perú,
                 para convocar el congreso, y creo que lo más cierto es que el 6 de agosto lo
                 convocaré para el 9 de diciembre. Por supuesto que le entregaré el país y me
                 iré… no sé donde. Si me viene la licencia de tres años que he pedido, tal vez
                 me largo fuera; y si no me viene es también probable que lo haga; porque
                 cuando un documento oficial desata los lazos de la disciplina, cada uno está
                 autorizado a hacer lo que le conviene. Nadie más subordinado que yo; nadie
                 más estricto en sus deberes militares, y por lo mismo nadie más amigo de
                 que en ninguna circunstancia las pasiones suplanten las leyes.
                    temo que esta carta está escrita en un lenguaje que desagrade a ud.,
                 pero por lo mismo que lo aprecio; por lo mismo que estimo su reputación,
                 me creo en el deber de hablarle con claridad. No es mi intención ofender-
                 le, y por esto antes de concluir diré que si algo le molesta esta carta, la
                 rompa y me perdone.
                    Siempre crea ud., mi querido General, que es su buen amigo afectí-
                 simo compañero.


                                                                       a.J. de Sucre


                                          biblioteca ayacucho
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