Page 154 - Agroecologías insurgentes en Venezuela Territorios, luchas y pedagogías en revolución
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         (Alfonso et al., 2008), a raíz del uso de indicadores de sustentabilidad, llegan
         a proponer el rediseño de los agroecosistemas en ecosistemas de montaña,
         con el fin de hacerlos más eficientes y autosustentables, aprovechando los
         recursos de los que disponen los campesinos locales. Son varios los grupos
         de  investigación de  diferentes universidades  que  siguen  las  propuestas
         metodológicas de indicadores de Astier et al. (2002) o de Sarandon y Flores
         (2009). Pero, también, ha habido la propuesta de nuevas metodologías
         de medición de indicadores de sustentabilidad. El gran problema radica
         en que la mayoría de los proyectos, ya sea por el mismo diseño o falta de
         visión política a mediano y largo plazo, así como la falta de continuidad
         de apoyo financiero de los organismos nacionales e internacionales, hace
         que muchos de los proyectos logren objetivos iniciales, pero no metas a
         largo plazo; de manera de obtener respuestas, con soportes científicos,
         del alcance y optimización de los procesos de conversión agroecológica
         en un ecosistema y comunidad dada. Los proyectos de investigación de
         más larga data en el país se establecieron, en 1999, para la producción
         agroecológica del maíz en los Llanos centroorientales del estado Guárico,
         donde se hace y se evalúa por más de 14 años la conversión de los sistemas
         de producción mixta cereal-ganado, desde la forma de agricultura intensiva
         a alternativas de producción agroecológica, que utiliza las asociaciones de
         cultivos con forrajeras  leguminosas  perennes, biofertilizantes  nativos y
         fuentes de fósforo de lenta liberación como la roca fosfórica. Con estos
         estudios,  se  logró el  empoderamiento de  comunidades  de pequeños  y
         medianos productores del uso de estas prácticas; los mismos campesinos
         mejoraron los sistemas productivos con el uso de variedades locales de
         maíz. En cuatro años, aumentó la producción de maíz, la oferta forrajera
         para el ganado en la época seca, la producción de carne y se mejoró la
         calidad de los suelos de baja fertilidad de la sabana (Hernández-Hernández
         et al., 2012). Sin embargo, la continuidad se ha visto comprometida por la
         interrupción de la producción de roca fosfórica y su disponibilidad en el
         mercado, así como la dificultad de obtener algunos insumos agrícolas.
            Otro aspecto importante es que muchas de las investigaciones que se
         hacen a corto plazo, e incluso a mediano plazo, están dirigidas a fomentar
         una agricultura  orgánica; donde  se  hacen evaluaciones  exhaustivas de
         procesos,  tipos,  calidad y  condiciones  de  uso  de  abonos  orgánicos y
         lumbricultura.  El desconocimiento  en estos  temas  y  la proliferación
         desordenada y empírica de gran cantidad de bioinsumos orgánicos, sin
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