Page 652 - De Angostura a Colombia EL COMBATE POR LA LIBERTAD Y UNA MAGNA REPÚBLICA EN 1819
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650   Omar Galíndez COlmenares



             el nombre del Libertador Simón Bolívar, pero provisionalmente sería
             Bogotá. Estaba el Congreso del Rosario ratificando lo que se acordó
             en Angostura. Esa provisionalidad duró hasta 1830 cuando se disolvió
             la gran república. Fue esta causa de muchos roces entre venezolanos y
             cundinamarqueses, por la forma como progresivamente el gobierno de

             la República, establecido en Bogotá, fue dejando de lado decisiones
             y representatividad de los intereses del gobierno de Venezuela y sus
             autoridades, motivando tensiones entre los venezolanos que fueron de-
             sarrollando una soterrada animadversión contra la unión colombiana.
             Ello fue un germen de inconformidad que se incubó tempranamente

             en el ánimo de las autoridades venezolanas y fue corroyendo el cuerpo
             social de las colectividades venezolanas.
               En el Congreso se colocó en el tapete el debate sobre el tema del
             modelo de Estado. Así floreció la discordia que propiciaba pugnaces

             desencuentros entre el centralismo republicano, sostenido por Bolívar
             y los congresistas venezolanos y algunos granadinos; y el federalismo,
             abrazado como emblema por los cundinamarqueses, reuniendo a teó-
             logos, abogados y teóricos que configuraron tempranamente una insi-
             diosa campaña, primero contra Bolívar, y después se enfilarían contra

             Venezuela. Hay que decir que no todos los delegados y autoridades
             colombianas asumieron el federalismo, pues, Santander y muchos de
             sus allegados entendieron que el centralismo era un antídoto contra
             la anarquía social, por lo menos en estos primeros momentos de ini-
             cios del proyecto gran nacional y ante amenazas de una reconquista
             española, se asumieron federalistas. Y muchos granadinos, ahora en esa

             posición como flamantes diputados, eran jóvenes de una muy viscosa
             procedencia, como destaca D. Bushnell en cita de Joaquín Tamayo:
             “… habían permanecido cautelosamente silenciosos, o aún habían sido
             públicamente ‘realistas’ apenas unos años antes”. ¿Pudo haber sido esto
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