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tonio Muñoz Tébar, de Francisco Riera Aguina- Jiménez para construir en su lugar la urbaniza-
galde, el general Miguel Arismendi, el doctor ción Diego de Losada, la que está ubicada al
Tomás Aguerrevere, gran publicista; el doctor noroeste de la avenida Baralt, en el empalme
Manuel Cala, prócer de la Independencia; Pedro de la Cota Mil, frente de la Iglesia de San José
Villapol -otro prócer-, el general Esteban Herrera del Ávila y un poco más abajo, la sede del Tri-
Toro, la parentela del Marqués del Toro y otras bunal Supremo de Justicia. Algunas voces se
muchas familias ilustres. alzaron contra dicha medida, entre ellas, la de
Manuel Landaeta Rosales nos cuenta un curioso Carmen Clemente Travieso, pero fue en vano.
episodio entre la familia de Carlos Soublette y el Ni la paz de los sepulcros fue respetada. Una
gobierno de Guzmán Blanco, propio de pautas acción lamentable porque allí se encontraban
para la mediática chismosa de sociedad. Soublette, los restos de muchos venezolanos ilustres.
(Carlos Valentín de la Soledad Antonio del Sacra- Aunque el cementerio había sido demolido en
mento Soublette y Jérez Aristigueta), vicepresi- su totalidad en 1951, un poco antes, se estaban
dente del entonces Departamento de Venezuela, ejecutando los trabajos previos a cualquier de-
de 1821 a 1822, vicepresidente de la República molición. Decían algunos caraqueños que los
de Venezuela de 1837 a 1839 y presidente cons- muertos estaban enfurecidos y que saldrían a
titucional, de 1843 a 1847, había fallecido el 11 de espantar a los vivos.
febrero de 1870 y sepultado en Los Hijos de Dios; y En 1950, Billo Frómeta compone una guaracha
aunque el 1874 Guzmán Blanco por decreto acor- con ribetes de swing y jazz, El muerto de las Gra-
dó trasladar sus restos al Panteón Nacional junto dillas. En dicha pieza, Billo introduce de manera
con los de otros Próceres de la Independencia, sus magistral los primeros compases de La danza Ma-
deudos no consintieron en ello para respetar la fi- cabra de Camille Saint-Saëns, para luego dar paso
nal voluntad del difunto; pero más tarde se exhu- a ese sabroso tema principal, retomando al final
maron y se sepultaron en una bóveda de familia en los compases iniciales. La letra habla del espanto-
el Cementerio General del Sur. Tendría que pasar so encuentro de un distraído peatón caraqueño
un siglo, calmadas y asentadas los arrebatos del con un muerto en la esquina de Gradillas, quien
orgullo mantuano, para que fuera inhumado en la le jala por los pies y le agarra por las manos para
Nave Central del Templo de los Próceres y Notables contarle que hay problemas en el cementerio.
de la Nación (11 de febrero de 1970). Una extraordinaria versión de esta pieza es publi-
Abandonado desde 1878, es arrasado por cada en disco compacto en 1996 Swing con Son
completo en 1951 en tiempos de Marcos Pérez bajo la producción y batuta del padre del trabuco
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