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Visiones del ayer y hoy
desde muy temprano, la familia contribuía lo más distinguido dulces melodías del canto y a los
Blandín y sus entroncamientos de la capital con sus personas, y acordes del clavecino. A las doce
de Echenique, Argain y los aficionados al arte musical, del día comienza el almuerzo, y
Báez, aguardaban a la selecta con las armonías de Mozart y de concluido éste, toma el recinto
concurrencia, la cual fue llegando Beethoven. La música, el canto, otro aspecto. Todas las mesas
por grupos, unos en cabalgaduras, la sonrisa de las gracias y el desaparecieron menos una, la
otros en carretas de bueyes, pues entusiasmo juvenil, iban a ser el central, que tenía los arbustos de
la calesa no había, para aquel alma de aquella tenida campestre. café, de que hemos hablado, y
entonces, hecho surco en las Espléndido apareció a los la cual fue al instante exornada
calles de la capital ni el camino de convidados el poético recinto, de flores y cubierta de bandejas
Chacao. Por otra parte, era de lujo, donde las damas y caballeros de la y platos del Japón y de China,
tanto para caballeros, como para familia Blandín hacían los honores llenos de confituras, y de salvillas
damas, manejar con gracia las de la fiesta, favorecidas de la de plata con preciosas tacitas de
riendas del fogoso corcel, que se gracia y gentileza que caracteriza China. Y por ser tan numerosa la
presentaba ricamente enjaezado, a personas cultas, acostumbradas concurrencia, la familia Blandín
según uso de la época. al trato social. Por todas partes se vio en la necesidad de conseguir
La casa de Blandín y sus sobresalían ricos muebles dorados las vajillas de sus relacionados,
contornos ostentaban graciosos o de caoba, forrados de damasco que de tono y buen gusto era en
adornos campestres, sobre encarnado, espejos venecianos, aquella época, dar fiestas en que
todo, la sala improvisada bajo cortinas de seda, y cuanto era figurasen los ricos platos de las
la arboleda, en cuyos extremos del gusto de aquellos días, en los familias notables de Caracas.
figuraban los sellos de armas de cuales el dorado y la seda tenían Cuando llega el momento de
España y de Francia. En esta área que sobresalir. servir el café, cuya fragancia se
estaba la mesa del almuerzo, en La fiesta da comienzo con un derrama por el poético recinto,
la cual sobresalían tres arbustos paseo por los cafetales, que estaban véase un grupo de tres sacerdotes,
de café artísticamente colocados cargados de frutos rojos. Al que precedidos del anfitrión de la
en floreros de porcelana. Por la regreso de la concurrencia, rompe fiesta, don Bartolomé Blandín, se
primera vez, iba a verificarse, la música de baile, y el entusiasmo acercaron a la mesa: eran estos,
al pie de la Silla del Ávila, se apodera de la juventud. Mohedano, el padre Sojo y el
inmortalizada por Humboldt, una Después de prolongadas horas de padre doctor Domingo Blandín,
fiesta tan llena de novedad y de danza, comienzan los cuartetos que, desde 1775, había comenzado
atractivos, pues que celebraba el musicales y el canto de las damas, a figurar en el clero de Caracas .
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cultivo del árbol del café en el el cual encontró quizás eco entre
valle de Caracas, fiesta a la cual las aves no acostumbradas a las 5- El doctor don Domingo Blandín,
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