Page 8 - Viaje a Sandino
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explicación



             Este libro no es libro, soy yo en un testimonio
          de amor buscándose a sí mismo. Podría decir que me
          jugué la vida, y es verdad que lo hice, pero eso no tiene
          el valor de los que vi morir con muerte jubilosa, jóve-
          nes que no alcanzaron los treinta años y vivieron más
          que los teóricos del mal aliento cómodo.
             Yo debiera ser aquí didáctico, hablar de estadís-
          ticas centroamericanas, evidenciar como economis-
          ta, como profesor universitario, el bloqueo por aire,
          tierra, mar y fuego contra Nicaragua; sería una clase
          de trágica aritmética, algo así como poner en núme-
          ros el dolor, el heroísmo, la muerte y la grandeza de
          un pueblo cincuenta veces invadido, más todavía si
          contamos a España, a Walker y a Reagan. No dictaré
          una clase. Sería como ponerle un número al sombrero
          de Sandino, bajo cuya protección se acurrucaron, sal-
          taron y se fortalecieron todos los miedos que alimen-
          tan mi fuerza.
             No fui a escribir desde un hotel, ese oficio lo
          hacen, mejor que yo, reconocidos escritores.
             Fui a Yalí, visité el frente sin mayores aspa-
          vientos, vi morir de lado y lado a gentes del mismo
          porvenir y de la misma historia, pero por vertientes
          contrarias. Somoza no ha muerto todavía, es un in-
          vasor de probeta. La Revolución Sandinista tiene la
          experiencia, el talento, la juventud, la voluntad y el


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