Page 92 - Sencillamente Aquiles
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JUDAS QUEMADO EN CAGUA





                   Cuando entró apagando velas
                   el viento en la procesión,
                   y la torre echó a la calle
                   sus campanas de latón
                   —tres repicando a Aleluya
                   y dos a Resurrección—
                   cuando el domingo aragüeño
                   de muchachas floreció
                   y el sol como colcha de arpa
                   puso a la plaza mayor,
                   cien cohetes levantaron
                   sus palmas de relumbrón
                   y todo fue gente y gritos:
                   ¡Ahí viene la Comisión!


                   Jinetes de punta en blanco,
                   al ojo el sombrero alón,
                   espumantes los caballos
                   y en el pecho todo el sol,
                   despejando van las calles
                   formados de dos en dos.
                   Delante, Benito Melo
                   va en un caballo marrón,
                   crujiente en su liquiliqui,
                   deslumbrante de almidón
                   y en la cara la sonrisa
                   como una flor de balcón.

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