Page 492 - Sencillamente Aquiles
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sencillamente aquiles
Y así hasta que una noche,
una noche, señores, toda llena,
el cochino se encierra en su despacho,
saca un araguaney de la gaveta,
y haciendo un lanzamiento a la australiana,
se lo deja caer en la cabeza.
La cuestión, como veis, es peliaguda.
¿Qué enfermedad tan rara será esa
que a los cochinos de Villa de Cura
convierte en personajes de novela?
¿Será acaso huevito,
mal que ataca al cochino en las orejas
y que se extiende luego hasta la trompa
y al fin, lo mata del dolor de muelas?
Pero no; yo estudié veterinaria
y aunque no soy muy ducho en esa ciencia,
me consta que cochino con huevito
no es igual que cochino con tristeza.
Y si del mal ignórase hasta el nombre,
menos habrá quien sepa
con qué puede curarse, y, sin embargo,
yo creo haber hallado la receta.
Y es que, considerando que los síntomas
son todos de tristeza,
¿por qué los ciudadanos de La Villa
no invitan sus cochinos a una fiesta?
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