Page 490 - Sencillamente Aquiles
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sencillamente aquiles
porque no hay cosa tan fea
como un cochino grosero.
También se le ha de imponer
el sentido del deber
y enseñarle desde chico
a que se lave el jocico
cuando acabe de comer.
Que si va a un baile o coctail
de gentes de otro nivel,
ninguna protesta emita
cuando alguna señorita
se niegue a bailar con él.
Pues según la educación
que se le imparta a un lechón
desde que mama chupón
hasta que ya está rollizo,
unos son para chorizo
y otros son para jamón.
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