Page 106 - Sencillamente Aquiles
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SE DESPIDE DON LIBORIO
O EL CRONISTA VA A UN VELORIO
La muerte de don Liborio
Mascaburro y Colalzada
fue antenoche celebrada
con un rumboso velorio.
La elegante recepción
comenzó a las nueve en punto,
hora en que el culto difunto
pasó a ocupar el cajón.
Este fue muy elogiado
con frases harto halagüeñas
para el gusto del finado,
su señora y sus pequeñas.
Me impresionó la belleza
con que en una sola pieza
se mezclaron en sus chapas
—como el queso y las cachapas—
la elegancia y la tristeza.
Algo que estuvo exquisito
constituyendo un acierto,
fue el juego de ver si el muerto
había quedado igualito.
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