Page 20 - La leyenda del turpial tricolor
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Cuando el pajarito negro y amarillo pasaba por donde
            había dejado al cóndor y al águila, mira hacia abajo y
            observa que se encontraban con el zamuro devorándose
            a la vaca. Y agilizando su vuelo, llega a la meta y se posa
            sobre una rama del increíble Araguaney.
                 E inmediatamente la voz muy contenta, exclama:
                 —¡Felicitaciones..., pajarito, has triunfado!... Y te
            llamaran por siempre: Turpial, símbolo nacional de esta
            gloriosa tierra, junto a la hermosa Orquídea y al majestuoso
            Araguaney.
                 —Esas fueron las últimas palabras que aquella voz
            pronunció —les dijo lechuza, al terminar con la historia de
            los colores.
                 —Que interesante historia, amiga lechuza —dijo
            arrendajo—. Nunca imaginé que la leyenda del Turpial fuese
            verdadera. Pero al escucharla como la has contado, la creo
            ¿Y tu, turpialito, que opinas? —le preguntó mirándolo
            fijamente a los ojos.
                 Pero turpialito muy avergonzado por no conocer su
            historia, baja su cabecita y no pronuncia palabra.
                 Lechuza muy preocupada por el mutismo de turpialito,
            le pregunta:
                 —¿Pero por qué no dices nada turpialito, acaso te
            sientes mal?
                 Pero continuaba callado con su cabecita baja.
                 —No será que la historia le trajo tristes recuerdos y, es
            por eso, que se encuentra así —dijo arrendajo.
                 —No creo, arrendajo —repuso lechuza—. Porque
            cuando narraba la historia se encontraba muy alegre.
                 —¿Y entonces, que le pasará?—preguntó arrendajo.
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