Page 431 - La escena contemporánea y otros escritos
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Mariátegui: política revolucionaria. Contribución a la crítica socialista
movilización electoral. A esta briosa ofensiva contra el poder republi-
cano, ha contribuido en gran parte el ascendiente personal de Al Smith.
Pero esto no obsta para atribuir a la personalidad de Al Smith una buena
parte de los estímulos que han ayudado a la victoria republicana, La
elección de un católico antiprohibicionista encontraba resistencias
enormes en dos grandes corrientes del sentimiento yanqui: el protestan-
tismo y el prohibicionismo. Republicano, protestante, prohibicionista,
Hoover está bajo este triple aspecto bajo la tradición presidencial de los
Estados Unidos. Hoover ha ganado los votos de Estados, en los que, como
en Nueva York, aproximadamente, la “chance” de Al Srnith era, a juicio
de los expertos, muy grande. El cable subraya su victoria en Missouri,
Maryland, Wisconsin y Montana. En estos Estados, Smith ha disputado
vigorosamente la mayoría a Hoover; pero como en Nueva York, el escru-
tinio eleva así a la presidencia de los Estados Unidos en reemplazo de
Mr. Calvin Coolidge, a aquél de sus líderes que promete actuar la más
enérgica política capitalista. El rol asumido por el Imperio Yanqui en la
política mundial, después de la gran guerra, exigía esta elección. Hoover
siente este rol mucho más y mejor que Smith. Como apuntaba en mi
anterior artículo, Hoover tiene una perfecta educación imperialista de
hombre de negocios. En sus discursos, asoma francamente el orgullo
del destino imperial de Norte América. En su política no pesarán las
consideraciones democráticas que habrían influido en el gobierno de Al
Smith. El estilo de Woodrow Wilson queda de nuevo licenciado. Estados
Unidos necesita, en este período de máxima afirmación internacional
de su capitalismo, un hombre como Herbert Hoover. El perfecto hombre
de estado en un imperio de trusts y monopolios, es sin duda, el perfecto
hombre de negocios.
Es interesante que las elecciones de Nicaragua hayan coincidido
casi, en el tiempo, con las elecciones de Estados Unidos. Nicaragua, elec-
toralmente es, por el momento, un sector de la política norteamericana.
Desde que el vicepresidente Sacasa y el general Monada, jefes de la
oposición liberal, pactaron con los yanquis, los liberales nicaragüenses
resbalaron al campo de gravitación de los intereses norteamericanos.
El único camino de resistencia activa al dominio yanqui, era el camino
heroico de Sandino. El Partido Liberal no podía tomarlo.
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