Page 164 - La escena contemporánea y otros escritos
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La escena contemporánea y otros escritos


               más hombres que vituallas; otros aportaron más dinero que hombres. El
               dinero, en suma, no era prestado por un aliado a otro. Era simplemente
               movilizado de un frente financiero a otro, en servicio de una campaña
               común. ¿Por qué entonces se hablaba oficialmente de créditos o de prés-
               tamos y no de subsidios? Porque así lo exigía la necesidad de que los
               fondos fueran administrados con mesura. El tesoro inglés o el tesoro
               norteamericano no tenían otro medio de controlar al tesoro francés o
               al tesoro italiano, y de evitar los despilfarros del capital interaliado. “Si
               cada uno de los funcionarios aliados —observa Keynes— hasta aqué-
               llos dotados de menor sentido de responsabilidad o de menor poder de
               imaginación, hubiese sabido que gastaba dinero de otro país, los incen-
               tivos a la economía habrían sido menores de lo que fueron”. Y ésta no
               es una interpretación personal de Keynes de la conducta financiera de
               Inglaterra y de Norte América. Durante la guerra, Keynes ha sido un alto
               funcionario del tesoro británico. En consecuencia, ha estado enterado de
               toda la trastienda de la política financiera de su país.
                  Pero Keynes, que reafirma de modo tan inequívoco y explícito su
               convicción de que las deudas inter-aliadas no son tales deudas, no insiste
               ya en proponer su condonación. “Mirando al pasado —explica— creo que
               habría sido un acto de alta política y de sabiduría de parte de Inglaterra
               si, al día siguiente del armisticio, hubiese anunciado a los aliados que
               todas sus desidias quedaban olvidadas desde ese día. Ahora no es viable
               tal línea de conducta. Los ingleses se han comprometido a pagar a Norte
               América medio millón de dólares al día por sesenta años”. Una solu-
               ción del problema no puede prescindir de este hecho. Mientras Ingla-
               terra pague a los Estados Unidos, no renunciará a ser pagada también
               por Francia e Italia. No se avendrá tampoco a que los Estados Unidos
               concedan a estas dos potencias un tratamiento de favor. ¿Qué hacer
               entonces? Keynes cree que la base de un arreglo podría ser la siguiente:
               la aplicación, al servicio de las deudas interaliadas, de una parte de la
               suma anual que Francia e Italia reciben de Alemania, conforme al plan
               Dawes. 137  Una tercera parte, por ejemplo.



               137   Charles Dawes, político y economista norteamericano, propuso un plan para el
                   pago de las deudas alemanas de la Primera Guerra Mundial.

                                                                          163




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