Page 432 - La dimensión internacional del Gran Mariscal de Ayacucho
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432  Rafael Ramón Castellanos



             general Sucre en la expedición a Guayaquil y se entenderán con él todas
             las prevenciones e instrucciones de esta fecha en caso que le suceda.
               Art. 5° Como es de infinita importancia el que las Provincias al Sur de Qui-
             to se preparen a recibir estos auxilios, y que mientras lleguen se anticipen las
             demás partes de la comisión del general Sucre cerca de aquellos gobiernos, se
             adelantará este señor solo, luego que haya arreglado y ordenado la expedición
             con el señor general Mires, a quien dejará encargado de conducirla y acelerar
             su marcha.

               Art. 6° Después de felicitar a los gobiernos como queda dicho en el artículo
             1°, tratará el general Sucre de que aquellas Provincias se incorporen a la Repú-
             blica de Colombia conforme a la Ley Fundamental de ella. Con este objeto
             solicitará conferencias privadas en que procurará convencer las ventajas ge-
             nerales que resultan a la República de la reunión de aquel Departamento, las
             ventajas particulares que resultan a éste de pertenecer a una gran República
             que asegure, proteja y defienda su existencia sin ofender por esto sus derechos
             y representación política, pues que no es una sujeción lo que se intenta, sino
             la formación de un gran todo compuesto de partes perfectamente iguales. A

             este intento hará valer la importancia que nos ha dado en Europa la Ley Fun-
             damental y lo que crecerá aquélla viendo que el tercer Departamento se ad-
             hiere espontánea y unánimemente a ella: asegurará que este solo paso decidirá
             a los gabinetes europeos a reconocer la independencia y libertad de Colombia
             a que están decididas ya las principales Potencias, incluso la misma España.
             Hará ver como cierto que ni la España ni ninguna Potencia europea recono-
             cerá pequeñas Repúblicas por los peligros de que están éstas amenazadas, y
             mucho menos la de Quito que colocada en medio de las grandes Repúblicas
             de Colombia y del Perú vendría a ser el objeto de pretensiones y de guerras, a
             que no podría ella ocurrir por sí sola y que la envolverían frecuentemente en
             los desastres de contiendas ruinosas y aun de facciones intestinas por el cuida-
             do que tendrían las Repúblicas vecinas de dividir los ánimos y ganar partido
             en su interior para sostener sus pretensiones. Manifestará al mismo tiempo
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