Page 43 - Frutos Extraños
P. 43
| Frutos extraños |
Gisela, cuando caíste se partieron otras semillas y no hubo suelo que recibiera.
Empujé contra el centro. Salimos de eje. Nacimos el día después. No hemos
vuelto a los calendarios. Gustabas decir que eras una cereza porque cuando
chocaste ya había sangre. Te recibió el piso en sangre. Naciste con los ojos
abiertos. Nunca lloraste. Me miraste (me miras) y reconociste el calor. Al mismo
tiempo alas y cautiverio. Nunca pesó tanto dios como cuando me acariciaste e
imploraste vida. Hubo entradas pero no salidas. Tú multiplicaste el silencio e
interrumpías el vacío. Dijiste que lo que entra en mi boca muere. Desde entonces
trato de masticarme.
| 43 |