Page 296 - Escritos de ayer y hoy
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Si bien hubo un esfuerzo significativo por parte de las bases
            populares, de sus direcciones intermedias y de base, y de al-
            gunos dirigentes nacionales –muchos de los cuales murieron
            heroicamente–, la verdad es que estos partidos no estuvieron a
            la altura de las exigencias de la coyuntura política de entonces;
            no entendieron, no pudieron, no supieron o no quisieron, por
            vacilaciones político-ideológicas o por ignorancia, sistematizar
            un plan político-militar y mucho menos construir una direc-
            ción unificada, un mando único para sumar esfuerzos y fuerzas
            en la construcción de una base material y técnica para la gue-
            rra y sus diversos teatros de operaciones. Actuaron más por
            presiones coyunturales y sin coordinación en algunas acciones
            decisivas, de tal manera que en los primeros combates milita-
            res, sociales y electorales de confrontación, fueron derrotados y
            entraron en descomposición política; se dividieron y no fueron
            capaces de reordenar las fuerzas y balancear colectivamente la
            situación. En consecuencia, fueron derrotados; al MIR se lo
            trago la historia y el PCV quedó aislado y fragmentado. Hoy
            es una fuerza minoritaria respetada que apoya la Revolución
            Bolivariana.


            Sobre la derrota de la lucha armada. Grandezas y
            limitaciones de las vanguardias (Partido Comunista
            de Venezuela-PCV y Movimiento de Izquierda
            Revolucionario-MIR)

               Han transcurrido casi 50 años desde el llamado proceso de
            lucha armada de los 60. En diversos momentos han aparecido
            documentos y libros que abordan el tema de la lucha armada
            de los 60; no hay una conclusión única por parte de los y las
            socialistas de este país, siguen habiendo apreciaciones y mati-
            ces divergentes, pero, sin duda, la juventud y los sectores radi-
            cales que asumieron ese proceso lo dieron todo y sacrificaron

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