Page 239 - Escritos de ayer y hoy
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en las elecciones de 1958 para el Congreso Nacional, solidario
siempre con la Revolución cubana como esperanza de reden-
ción Popular, y asesinado por el régimen puntofijista en una
hora menguada, oscura y triste de una noche de junio de 1966.
78 años tuviera Fabricio si no lo hubiesen asesinado; hombre
de pluma y acción, de palabra y de compromiso, de decir y hacer.
Dos momentos quiero recordar en esta noche:
1. La resistencia contra la dictadura militar de Marcos Pérez
Jiménez y la gesta cívico-militar del 23 de enero de 1958.
Dos proyectos estaban en disputa frente a la descomposi-
ción política del régimen y su agotamiento:
• El proyecto del Acuerdo de Nueva York en el año
1957, de Rómulo Betancourt, Rafael Caldera, Jóvito
Villalba y del jefe de Asuntos Latinoamericanos del
Departamento de Estado de Estados Unidos, Maurice
Bergbaum. Un proyecto de factura norteamericana que
nos condujo al pacto de Puntofijo del 31 de octubre de
1958.
• El proyecto democrático popular de la Junta Patriótica,
que fue derrotado por la confusión, la conciliación y la
traición.
2. El otro momento tiene que ver con la carta pública
de renuncia de Fabricio Ojeda al cargo de diputado al
Congreso Nacional en 1962. Es un documento de des-
linde con la democracia puntofijista y de levantar una
propuesta democrático-popular, todavía en el marco
de la Constitución de 1961, y que es un juramento que
hizo en el Cementerio General del Sur con motivo
de la muerte de otro revolucionario: el “Negro” Rudas
Mezones.
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