Page 235 - Escritos de ayer y hoy
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20 burros, que colocaron frente al cuartel y audazmente asal-
taron la guarnición, al mando de Tirso Salaverría, secundado
por Félix Iraola, José Torres, Rodulfo Pereira, Juan Manuel
Hansen, Clodomiro Isaías, Manuel Rodríguez, Nicolás
Quero, Vicente Miquelena, Rafael Miquelena, Juan Lamia,
José Rivero, Catalino Aceituno, José María Freites, Sandalio
Rosillo, Anselmo Gonzales, Manuel Valles, Simón Primera,
Juan García, Tomás Pereira, José de las Mercedes Miquelena,
Lucas Villalobos, Manuel Acosta, Enrique Medina, Filindo
Castro, Basilio Acosta, José Rojas, Gregorio Ruijano, Manuel
Martínez, José de los Reyes Pachano, Juan José Colina,
Pedro García, José de Jesús Osorio, Juan de la Cruz Quero,
Hilario Quero, Carlos García, Nicolás Arévalo, Luis Matié,
Simón Yaris, Armando Crispín, Benito Molina y Jesús María
Hernández, entre otros.
Había en el parque dos grandes cañones de bronce, monta-
dos en lo que llamaban “El Polvorín”. Elaboraban fornituras,
banderas, cornetas, tambores, y al grito de “Federación” alboró-
tase la ciudad y todos los liberales al enterarse de la ocurrencia
volaron a las armas, unos a pie y otros a caballo, y llenaron
la plaza y las calles principales dando vivas a la revolución. A
partir de allí se generó una guerra por 5 largos años; se levantó
el proyecto bolivariano. No fue posible desarrollarlo, con la
muerte de Zamora en enero de 1860 y la traición del Pacto de
Coche la oligarquía pudo sortear la situación.
Hoy, bajo circunstancias históricas absolutamente distintas,
nos corresponde avanzar en la defensa y profundización de la
Revolución Bolivariana y un punto central es la construcción
del Estado Bolivariano, constituyéndose el pueblo en Estado,
definiendo con claridad los fines, que no son otros que la cons-
trucción de una sociedad justa y amante de la paz; esa sociedad
es la sociedad socialista.
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