Page 16 - Escritos de ayer y hoy

otro de los trabajos contenidos en este libro: “Recuerdo de un
viaje al medio oriente (1979)”. Allí dice en uno de sus párrafos:

En una reunión que tuvimos con el jefe de seguridad del Frente Demo-
crático (Frente Democrático para la Liberación de Palestina. NN), me
plantearon la idea de salir urgentemente del Líbano en un avión esa misma
tarde, hacia la ciudad de Zúrich, en virtud de que la agresión sionista había
estallado, esta vez contra el Líbano, país del Medio Oriente. No tenía mis
maletas a mano y les pregunté qué otra alternativa tenía; me señalaron que
me podía quedar rigurosamente clandestino en el oeste de Beirut… o irme
al sur del Líbano, que para ese momento era el teatro de guerra. Les señalé
que mi oficio era de guerrillero, me abrazaron, me coloqué el uniforme
verde oliva y un fusil AK-47 al hombro, que lo sabía manejar muy bien
desde los tiempos de las guerrillas de El Bachiller, del Frente Guerrillero
Ezequiel Zamora; lo otro era cobardía. Las contradicciones se habían agu-
dizado y, una vez más, había estallado la guerra y había que asumir la situa-
ción planteada.

En la cita anterior destacan rasgos fundamentales de la
personalidad del autor de este libro: el compromiso hasta la
muerte con los pueblos del mundo, su internacionalismo y la
valentía con la que es capaz de poner el pellejo en juego por la
causa en la que cree.
En este libro el lector y la lectora van a encontrar a un hom-
bre que, al tiempo que combate –sea en la lucha militar o la
política–, es dueño de una gran ternura hacia los seres huma-
nos, sobre todo hacia los explotados y oprimidos; que profesa
un amor inmenso hacia su madre, sus hijos e hijas, sus nietos y
nietas, sus bisnietos y bisnietas, y sus tataranietos. Un hombre
que cultiva la amistad como un preciado bien que trasciende
generaciones, un maestro que predica con el ejemplo, un hom-
bre que estudia la teoría revolucionaria –desde los clásicos del
marxismo hasta Pío Tamayo, pasando por Bolívar y todo nues-
tro procerato civil y militar, como gusta decir– y permanente-
mente revisa, evalúa, la práctica.

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