Page 106 - Entre suenos y rochelas. Poemas y otros escritos
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—¡Kimboooooolaaaaaaaaaa!


           Ven hermano, vamos pa’ La Placita a agarrar Chicharras... Y de
           regreso pasamos por Los Pastelitos.

           —¡Qué broma! No tengo con quien jugar... Ya sé:


                 Un golpe de viento guapo
                 le pone a volar la blusa,
                 y se le ve jeme y medio
                 de puñal en la cintura.
                 Entra callado y se apuesta
                 para el lado de la música.


                 —Oiga vale ese es El Diablo.
                 la voz por la sala cruza. 3

           ¿Te acuerdas, Goyo? Eso nos lo enseñó mi papá. Con su cafecito y
           su cigarro, siempre nos la ponía junto con la del Cazador Novato,
           y El Diablo, y la de El Silbón. Lo mejor era escucharlas de noche.
           A mí me daba tanto miedo que después ni podía pasarme para
           mi cuarto. Jajajajaja. A Goyo no le daba miedo. Claro, porque él
           era más grande. Bueno, ni tan grande, lo que pasa es que él se la
           echa porque me lleva tres años.

           —Anda vale Goyo, deja de reírte de las payasadas de Japón y
           vamos a jugar en La Mata e’ Guayaba...






           3   Extracto del segmento “II. La porfía”, del célebre y emblemático poema de
               estilo llanero y popular Florentino y el Diablo, del escritor barinés Alberto
               Arvelo Torrealba [1905-1971]. Con múltiples y sucesivas adaptaciones mu-
               sicales, destacando en el género venezolano del “corrío”. [N. del E.].

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