Page 578 - De mi propia mano
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en lo que han dicho cuenca, imbabura y Riobamba. es de apostar que
tres provincias no marchen perfectamente acordes.
el domingo le mandé a ud. unos papeles que me vinieron de Popayán,
en que me anuncian las mismas cosas que ud. me indica respecto del gene-
ral córdova. avisé a ud. las medidas tomadas de acuerdo con el Prefecto,
las mismas que dije al coronel barriga para su ejecución. las participé ayer
a andrade a Popayán, lo mismo que la colocación que tienen los cuerpos
para atender a donde sea preciso, y de los que se acercan hacia Pasto; e
igualmente de hallarse en marcha el general Silva con algunos cuerpos que
siguen directamente a Popayán. añadía a andrade mis consejos de que
en todo caso tome medidas fuertes, porque es preciso conservar el país
en perfecta tranquilidad, para que en perfecta quietud lo entregue ud.
al congreso. le digo que cuide de las cosas desde el río Mayo para allá,
y que con dar avisos a esta parte tendremos cuidado de Pasto; que si es
menester yo mismo iré a ponerme a la cabeza de las tropas.
Siento que ud. no haya quedado satisfecho con mi contestación res-
pecto a que tome mando. he ofrecido a ud. cuanto creo que podía ofrecer
aun con sacrificios. el puesto que ud. me ofrece es malo para ud., para
mí y para muchos que lo desean. Si el resultado del congreso ofreciesen
los negocios públicos una marcha regular, y ud. se compromete a llevar a
cabo un régimen fijo y estable, prestaré a ud. mis servicios en cualquiera
otra cosa. yo no me niego a servir. lo que trato es de servir sabiendo el
sistema y el objeto, pues desde mucho tiempo no hay objeto ni sistema, y
ya estoy un poco cansado y enfermo para trabajar a la ventura. ud. dirá
que lo mismo está ud.; pero yo respondo, que son diferentes nuestras
situaciones y nuestros compromisos, como son diversos nuestros apoyos,
nuestros alcances y nuestro poder.
también creo que la expedición española sea un refuerzo de orden,
para asegurar en la guerra gótica la guerra de partidos; pero aun de esto
temo después de lo que he visto en nuestros pueblos y en nuestros militares
cuando la invasión del Perú, esto es, unos fieles y entusiasmados y otros
fríos o indiferentes o traidores. además, estamos consumidos, y sólo la
paz y una marcha vigorosa y arreglada del Gobierno puede convalecernos.
yo siempre lamentaré que para obtener esta paz interior y esta marcha
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