Page 390 - De mi propia mano
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mejor pie que puede desearse; esto es, bajo una estricta y severa disciplina,
                 con el orden más metódico, instruidos perfectamente y equipados con
                 más que decencia. con la saca que se ha hecho para formar el batallón de
                 Junín han bajado un poco de fuerza, pero en breve los pondré otra vez en
                 ochocientas plazas para las cuales hay el equipo y armamento corriente.
                    aquí estaba de mi carta, cuando me llamaron de casa del libertador a
                 comer. S.e. me ha dicho que escribe a ud. para que mi comisión en lima
                 se la dé al coronel heres: más ud. resolverá lo que guste contando que yo
                 estoy determinado a servir en lo que se me emplee por mi país, y no hacer
                 elección propia ya que no quieren darme la licencia de irme a mi casa o a
                 Quito que es mi deseo.
                    el libertador puso en mis manos una guirnalda de oro que le presentó
                 la ciudad del cuzco el día que llegó allí, y que recibió a nombre del ejército:
                 a nombre del ejército la he mandado al congreso de colombia: ella está
                 guarnecida de brillantes y perlas, pero, su valor físico, es bien poco, mas
                 su valor moral sí es bien estimable. la ciudad de cochabamba me presentó
                 una guirnalda de oro cuando estuve allí, y el colegio una pluma de oro,
                 ambas cosas las he mandado a la municipalidad de cumaná. al museo de
                 bogotá he enviado el manto o acsu de la reina mujer de atahualpa, que es
                 un bello monumento de antigüedad, y una porción de piedras minerales.
                 Salvador córdova lleva a ud. los tres pendones del alto Perú que no
                 fueron con elizalde.
                    este alto Perú ha regalado un millón de pesos a nuestro ejército, que
                 se hará efectivo, y que unido al del bajo Perú ha alcanzado para dar alguna
                 cosa de gratificación a nuestros jefes, oficiales y tropa, igualmente que a
                 los del Perú. Mi parte del alto Perú la he cedido para las viudas e hijos de
                 los soldados colombianos, muertos en Ayacucho; pues en el bajo Perú me
                 han dado bastante para vivir.
                    yo pensaba que esta carta fuera muy larga porque iba a hablarle de
                 todas las cosas; pero ya es muy tarde y nos vamos al amanecer: dejaré lo
                 que resta para decir lo de Potosí. entretanto ruego a ud. que salude a la
                 señora su hermana y a mis amiguitas, con memorias a los conocidos.
                    Me olvidaba decir a ud. que no le he escrito al congreso, dándole las
                 gracias por la espada que ha mandado regalarme, porque lo sé sólo por


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