Page 200 - De mi propia mano
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la única ocasión que nos queda de sacar ventajas de la necesidad. haré a
ud. una exposición de lo que ha sucedido, de lo que pienso y de lo que
preveo para que ud. juzgue y resuelva.
Después de todas mis negativas a aceptar el mando del ejército que
residía en lima, tuve que recibirlo el mismo día que se determinó eva-
cuar la ciudad en caso de ataque, porque observé que sin esta dolorosa
resolución iba no sólo a perderse la capital, sino con ella el ejército. No es
describible el estado de anarquía en que todo estaba sepultado; yo tuve
que ceder al torrente de males para ser la víctima de un sacrificio, con tal
que él produjese algún bien a la américa, más a colombia, y que pudiese
llenar los planes trazados por ud. yo he hecho a ud. el servicio que quizás
no hubiera hecho a la patria; he comprometido mi reputación y perdido
lima estando en mis manos el ejército; dejo pendiente para los resultados
mi opinión y mi crédito. crea que he maldecido el momento en que yo
vine a lima. ¡cuánto ha sido lo que ud. ha exigido de mí!
en fin, mi General, el 12 supimos con evidencia que el enemigo atacaba
la capital y este día fatal de mi santo me encargué del ejército, sacándolo
por la tarde de lima para acamparlo donde pudiese saber con qué fuerza
contaba. hallé que dejando mil hombres en el callao, me quedaban para
formar en todas armas y clases, reclutas, etc., etc., todo, todo 3.700 hom-
bres, mientras que los partes eran que el enemigo venía con 7.000. Juzgué,
pues, que no había otro recurso que defender el callao y tratar de echar
al sur lo que no necesitáramos en la plaza para obrar por de fuera: mas,
permanecí con el ejército cubriendo a lima para proteger la extracción
de los intereses de los particulares, y lo que es más, de algunos artículos
militares que debían pasarse aquí. Nuestra permanencia en el campo con
un aire de esperar al enemigo produjo la detención de éste en varios puntos
hasta observarnos; pero informado sin duda ayer de nuestras fuerzas, etc.,
marchó sobre lima resueltamente. yo verifiqué la retirada aquí, habiendo
despachado nuestra caballería con caballos sobrantes, mulas, etc., etc., para
el norte al cargo del coronel lavallen con orden de no comprometer nada
su tropa, y molestar al enemigo sobre la capital.
Nuestra operación ha sido muy azarosa para canterac: él no pensaba
ni que la expedición a intermedios hubiese sido fuerte como lo es, sino
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