Page 162 - De mi propia mano
P. 162

59. Ni Falta SiQuieRa ha teNiDo uD.


                 (Del microfilm).

                                             túquerres, a 10 de diciembre 12. (1822)


                 Señor comandante D. o’leary.


                 ud. es injusto, mi querido o’leary, cuando se queja de mi falta de co-
                 rrespondencia: no he olvidado nunca a mi esc.  [¿escribiente?] de trujillo,
                                                         e
                 a mi amado secretario de Riobamba, a mi valiente edecán de Pichincha
                 y a mi siempre buen amigo. De tulcán escribí a ud. en días pasados, y
                 creyéndolo en Guayaquil (su paraíso celestial) puse la carta bajo sobre
                 a illingrot. tal vez ud. la ha recibido ya, y ella le habrá persuadido que
                 ninguno es más deferente que yo por el enamorado o’leary, que nadie
                 puede dar un testimonio más positivo, cediendo cuantos derechos y pre-
                 tensiones tuve, o podía tener por la bella que hacía sus encantos y que
                 posee su corazón y sus recuerdos.
                    No sólo he renunciado por ud. la amable que hizo mis agrados, sino,
                 que por darle una prueba de mi sinceridad, he sido injusto con alguna de
                 su familia dejando de escribirle; o por lo menos no he sido tan consecuente
                 como es por naturaleza mi carácter; y crea ud. que no podré decir cuál
                 entre ésta alguna y mi querida tenían más mi amistad. a la vez he dado a
                 ud. con mis cartas armas contra mí, ¿y se queja todavía de que lo olvido?
                 ¡Qué injustos hay algunos amigos!
                    ud. ha tenido algunas veces pesar, creyendo haberme sido infiel; pero
                 no era motivo para que pensare de mi parte un sentimiento que jamás ha
                 existido: yo dije a ud. muy temprano que podía establecer sus pretensiones,
                 y cualquiera dolor que me costare tal desprendimiento, era un sacrificio a
                 la amistad y de consiguiente bastante soportable. No es infidelidad lo que
                 se hace con un consentimiento, y aun un crimen que se cometa por el amor
                 puede juzgarse sino por falta, y ni falta siquiera ha tenido ud.
                    Pero habiendo ud. recibido el corazón de esa bella, es debido com-
                 pensarla; y yo tendría un placer de hallar en mi querido o’leary la hon-


                                           De Mi PRoPia MaNo
                                                124






       De mi propia 6 Arabigo.indd   124                                     12/11/2009   09:30:30 a.m.
   157   158   159   160   161   162   163   164   165   166   167