Page 130 - De mi propia mano
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los inaccesibles pasos de Jalupana y la Viudita. Fue necesario excusarlos
haciendo una marcha sobre su flanco izquierdo, y moviéndonos el 13,
llegamos el 17 a los valles de chillo (cuatro leguas de la capital), habiendo
dormido y pasado los helados del cotopaxi. el enemigo pudo penetrar
nuestra operación, y ocupó a Quito el mismo día 16 en la noche. la colina
de Puengasi que divide el valle de chillo de esta ciudad es de un difícil
acceso: pero pudimos burlar los puestos del enemigo y pasarla el 20. el
21 bajamos al llano de turubamba (que es el ejido de la capital), y pre-
sentamos una batalla que creíamos aceptarían los españoles por la ventaja
del terreno en su favor; pero ellos ocupaban posiciones impenetrables, y
después de algunas maniobras fue preciso situar la división en el pueblo de
chillogallo, una milla distante del enemigo. el 22 y el 23 los provocamos
nuevamente a un combate y desesperado de conseguirlo, resolví marchar
por la noche a colocarnos en el ejido del norte de la ciudad, que es mejor
terreno, y que nos ponía entre Quito y Pasto; adelantando al efecto, al
señor coronel córdova con las dos compañías del batallón Magdalena.
un escabroso camino nos retardó mucho la marcha; pero a las ocho de la
mañana llegamos a las alturas del Pichincha que dominan a Quito, dejando
muy atrás nuestro parque cubierto con el batallón Albión. la compañía de
Cazadores de Paya fue destinada a reconocer las avenidas mientras que las
tropas reposaban, y luego fue seguida por el batallón de Trujillo (del Perú)
dirigido por el señor coronel Santa cruz, comandante general de la división
del Perú. a las nueve y media dio la compañía de Cazadores con toda la
división española, que marchaba por nuestra derecha hacia la posición que
teníamos; y roto el fuego, se sostuvo mientras conservó municiones; pero en
oportunidad llegó el batallón Trujillo, y se comprometió el combate: muy
inmediatamente las dos compañías de Yaguachi reforzaron este batallón
conducido por el señor coronel Morales en persona. el resto de nuestra
infantería a las órdenes del señor general. Mires seguía el movimiento ex-
cepto las dos compañías del Magdalena, con que el señor coronel córdova
marchó a situarse por la espalda del enemigo; pero encontrando obstáculos
invencibles tuvo que revolverse. el batallón Paya pudo estar formado cuan-
do consumidos los cartuchos de estos dos cuerpos tuvieron que retirarse
no obstante su brillante comportamiento. el enemigo se adelantó por
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