Page 123 - De mi propia mano
P. 123

decisivo. en tanto vea ud. de darme diarios avisos de las operaciones del
                 enemigo, de su fuerza, de sus disposiciones, de sus medidas de defensa,
                 o si resuelven en su desesperación atacarnos. en fin vea ud. de darme
                 cuantos partes sean conducentes a imponerme del estado de todas las
                 cosas militares y políticas en ésa. es preciso también emprender un trabajo
                 que aunque peligroso es tan preciso y satisfactorio, cuanto que es obra de
                 los buenos hijos de la patria. yo tengo una seguridad de tomar a Quito
                 por una batalla en que todas, todas las probabilidades me aseguran de la
                 victoria. con esta confianza he marchado desde loja, hasta las puertas de
                 la capital, en donde hemos encerrado al enemigo disminuyendo en una
                 tercera parte a lo menos de su fuerza, cuando emprendimos la campaña;
                 pero si yo pudiera ahorrar esta batalla en que de una y otra parte morirán
                 ochocientos o mil americanos, lo haría con más gusto que dar otro laurel
                 a la República. ud. y todos nuestros amigos pueden hacer este servicio
                 a la humanidad, y a colombia. el pueblo Quiteño es muy patriota, y
                 sus halagos, la seducción, y todos los medios de hacer desertar la tropa,
                 son un campo que se les abre para evitar la prolongación de sus males
                 y la sangre. Pongan uds. pues en ejercicio estas armas pacíficas, pero
                 poderosas; exciten uds. la tropa a venir a sus hermanos, y abandonar las
                 banderas de nuestros asesinos y de nuestros tiranos: en fin promuevan
                 uds. el disgusto así en la tropa como en los oficiales, y estos pasos nos
                 producirán grandes ventajas. Si para lograr la seducción fuese menester
                 gastos, puede ud. verse con alguno de los patriotas acaudalados y pedirle
                 dinero asegurando su pago religiosamente a nuestra entrada en ésa; y ade-
                 más ud. puede asegurar a cada soldado de infantería que se me presente,
                 que tendrá diez y seis pesos de gratificación al acto de llegar a nuestras
                 filas, y a los de caballería se les darán veinte o veinticinco: que a los que
                 sedujeren a sus compañeros, o hicieren otro servicio serán ascendidos, y
                 en fin que cualquiera acto distinguido por servir a la patria, será premiado
                 debidamente. a los oficiales se les remunerará todo servicio que hagan.
                 con estos medios puede conseguirse mucho, y disminuir más la fuerza
                 enemiga antes de un combate. Vea ud. de hacer desertar los artilleros para
                 reducirles los medios de defensa del enemigo, y obligarlos a salir fuera de
                 sus posiciones. cuento con ud. para todo, mi amigo: ánimo, resolución y


                                          biblioteca ayacucho
                                                85






       De mi propia 6 Arabigo.indd   85                                      12/11/2009   09:30:28 a.m.
   118   119   120   121   122   123   124   125   126   127   128