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Abril de Golpe y Contragolpe                                                            Las huellas del golpe






















           Metropolitana (PM), conocida como Ballena, arremetía                                de Wendys Olivo, quien aportó alrededor de 350 imágenes
           contra manifestantes bolivarianos ubicados en las cer-                              como evidencia en el juicio contra los excomisarios Lázaro
           canías del Palacio de Miraflores desde las esquinas La                              Forero y Henry Vivas, así como contra el exjefe de
           Pedrera, La Pelota y Muñoz.                                                         Seguridad Ciudadana de la Alcaldía Mayor de Caracas,
                                                                                               Iván Simonovis, y ocho funcionarios de la PM.
           “Me tiro en el piso, pensando que las pancartas me
           podían proteger. Entonces, unos muchachos  que                                      “Me pude esconder y ellos pensaron que estaban solos
           estaban del otro lado me dicen: ‘señora, ruédese hacia                              disparando.  Existieron  19  cadáveres  y  la  trayectoria
           allá’, más cerca de Miraflores”, rememora Doris Infante,                            balística  de  las  armas  que  ellos  manejaron  coincidían,
           quien advirtió a sus compañeros sobre la presencia de                               por eso se les sentencia”, enfatiza Wendys Olivo, quien
           gatilleros en los pasillos del nivel superior de uno de los                         experimentó en carne propia el amedrentamiento para
           edificios adyacentes a Puente Llaguno.                                              obligarla a abandonar el proceso judicial.
                                                                                               Entre la ráfaga de disparos, una bala traicionera roza
           A ras del suelo, Doris Infante llegó hasta la avenida                               en la columna vertebral de Doris Infante: una esquirla
           Baralt. Con cuidado de no ser descubierta, se subió sobre                           metálica se encaja en su rostro. El proyectil sigue su curso,
           unos sacos para monitorear el avance del enemigo: “Se                               hiriendo a un hombre que permanecía cerca de ella.
   124     veía clarito en la esquina Muñoz a los policías cargando                                                                                       125
           los armamentos. Cuando iban a fusilar a la gente ellos                              Dos balas más la alcanzan, está vez en la pierna derecha.
           se arrodillaban, se agachaban a disparar”.                                          Si bien sentía dolor, logró caminar y encontrarse con
                                                                                               un amigo pasadas las 9:00 de la noche.
           El riesgo era inminente. La directiva de la Policía
           Metropolitana autorizó el uso de armas de guerra contra la                          “A los 15 minutos de llegar a mi casa, sentí que la cabeza
           población civil y repartió guantes quirúrgicos para evitar                          me explotaba.  Me veo al espejo y tenía la cara llena
           huellas. Su accionar quedó registrado en las fotografías                            de sangre, saqué el pedazo de esquirla de bala de mi
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