Page 796 - De Angostura a Colombia EL COMBATE POR LA LIBERTAD Y UNA MAGNA REPÚBLICA EN 1819
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             los aspectos económicos y políticos. Como, con asertividad, expresara el
             desterrado Bolívar en la carta de Jamaica, los habitantes de estas tierras
             estaban privados de los más elementales derechos de la tiranía doméstica.
               Son conocidos los pormenores del 19 de abril de 1810 que dieron al

             traste con el gobierno del último Capitán General. En rápida sucesión
             afloraron los sentimientos autonomistas, se designó una Junta Supre-
             ma, que adelantó varias medidas de carácter administrativo. De ellas
             resaltaremos que se decidió recompensar a los militares que actuaron en
             la fecha magna, la libertad de comercio con las naciones amigas y neu-

             trales, reformar el arancel de derechos para la introducción de artículos
             indispensables para la producción de café, azúcar y otros productos, su-
             primir los derechos de exportación, abolir el derecho de alcabala sobre
             los comestibles y objetos de consumo diario, liberar a los indígenas del
             pago de tributos y —posteriormente— el tráfico de esclavos.

               De estas decisiones se discute si tuvieron efecto cierto y positivo. Pero,
             para lo que nos interesa, en el mes de junio se convocó a elecciones para
             los representantes ante el Primer Congreso Constituyente de la nacien-
             te república, se publicó el respectivo reglamento Del instrumento que

             reguló las reseñadas elecciones nos llaman la atención algunos aspectos.
             Verbigracia, establece que “todas las clases de hombres libres son lla-
             mados al primero de los goces ciudadanos, que es el concurrir con su
             voto a la delegación de los derechos personales y reales que existieron
             originalmente en la masa común”, se asume que “permanecerán fieles
             a su augusto soberano, prontas a reconocerle en un gobierno legítimo
             y decididas a sellar… el juramento que han pronunciado en las aras de

             la lealtad y el patriotismo”. En función del régimen adoptado se define
             quienes podían ser electores. Los mayores de veinticinco años y los me-
             nores casados legalmente establecidos, que poseyeran rentas iguales o su-
             periores a dos mil pesos y se delimitaron las circunscripciones electorales.
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