Page 744 - De Angostura a Colombia EL COMBATE POR LA LIBERTAD Y UNA MAGNA REPÚBLICA EN 1819
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742 Alí RAmón RojAs olAyA
“Tan joven y con tanta gloria”. Era un peligro él solo, su vida.
Después de Bolívar venía él. Su brillo, su gloria, su prestigio
en los ejércitos. Desde el Caribe hasta la Argentina el nombre
de Sucre brillaba por todos lados. Y ocurrió la emboscada, el
balazo traicionero. Santander detrás de la emboscada, Obando,
traidores lacayos que entregaron luego estos países a la garra del
imperio norteamericano. Traicionaron a la revolución. Dijo Bo-
lívar, cuando le informaron de la muerte de Sucre, entre muchas
cosas, una lapidaria: “La bala que mató a Sucre mató a Colom-
bia y acabó con mi vida”.
Conspiración Septembrina
Dos años antes, el paramilitarismo reunido en Sociedades de Salud Pú-
blica en algún lugar de Bogotá, capital de la verdadera y única Repúbli-
ca de Colombia, en presencia de Francisco de Paula Santander, planifi-
caban la muerte de Bolívar mientras aplaudían la estrofa de la no paz de
Luis Vargas Tejada, secretario privado de Francisco de Paula Santander:
Si de Bolívar la letra con que empieza y aquella con la que aca-
ba le quitamos, “oliva” de la paz símbolo hallamos. Esto quiere
decir que la cabeza al tirano y los pies cortar debemos si es que
una paz durable apetecemos.
El 25 de septiembre de 1828 un grupo de paramilitares bajo las órde-
nes de Pedro Carujo forzaron la puerta del Palacio de San Carlos y asesi-
naron a los guardias, tras lo cual buscaron el cuarto de Bolívar. Manuela
Sáenz, quien se encontraba esa noche con Bolívar, lo despertó. Al ente-
rarse de lo que sucedía, Bolívar cogió su pistola y su sable, y trató de abrir
la puerta, pero Manuela lo convenció de que escapara por la ventana.
Este hecho es conocido como la Conspiración Septembrina. De Santan-
der es bueno recordar sus palabras al enterarse de la muerte de Bolívar:
… he sabido la muerte de Bolívar. Me sorprendió este acon-
tecimiento ciertamente. Limítome a decir que es menester