Page 450 - De Angostura a Colombia EL COMBATE POR LA LIBERTAD Y UNA MAGNA REPÚBLICA EN 1819
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448   Carlos FranCo Gil



             (inestabilidad política del país), y al caos social de la joven República.
             Los conflictos desatados entre las diferentes facciones de las élites eco-
             nómicas, políticas y sociales eran en parte por mantener el poder en sus
             áreas (villas, provincias, departamentos) o incluso de ampliarlo.

               Con tal magnitud de problemas, la República de Colombia empezó a
             derrumbarse poco a poco y la dictadura del Libertador, aunque recibió
             un fuerte apoyo de sectores de las élites incluso desde algunos sectores
             subalternos, en nada solucionó los crecientes problemas.

               En 1830 se promulga una nueva Constitución, la cual para algunos
             había ya nacido muerta y no ayudó a solucionar la crisis imperante.
             Lo cierto es que el Libertador a mediados de 1830 entrega el poder
             a Joaquín Mosquera, pero este fue rápidamente depuesto y el general
             Urdaneta tomó el poder. La muerte de Bolívar a finales del año 1830
             termina por colapsar el proyecto de unidad colombiana. El Libertador
             presagiando el futuro incierto de la República de Colombia, antes de

             morir, escribía a Estanislao Vergara:
                   … todas mis razones se fundan en una: no espero salud para la
                 patria. Este sentimiento, más bien esta convicción íntima, ahoga
                 mis deseos y me arrastra a la más cruel desesperación. Yo creo
                 todo perdido para siempre; y la patria y mis amigos sumergidos
                 en un piélago de calamidades. Si no hubiera más que un sacri-
                 ficio que hacer y que este fuera de mi vida o el de mi felicidad
                 o el de mi honor… créame usted no titubearía: pero estoy con-
                 vencido que este sacrificio será inútil, porque nada puede un po-
                 bre hombre contra el mundo entero; y porque incapaz de hacer
                 felicidad de mi país me deniego a mandarlo. Hay aún más, los
                 tiranos de mi país me lo han quitado y yo estoy proscrito; así yo
                 no tengo patria a quien hacer el sacrificio.

               Después de la renuncia y de la muerte de Simón Bolívar, en la Nue-
             va Granada se atizaban con mayor fuerza las pugnas entre civilistas
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