Page 426 - De Angostura a Colombia EL COMBATE POR LA LIBERTAD Y UNA MAGNA REPÚBLICA EN 1819
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como neogranadinas y venezolanas; reduciendo su visión de Estado a
intereses particulares como la autonomía provincial y el manejo directo
de la política sin subordinación a la dirigencia bogotana . Naturalmen-
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te no podía ser de otra manera, si tomamos en consideración que las
mentalidades formadas antes y durante la Guerra de Independencia no
cambiaron por la introducción de un decreto en 1819, ni una Consti-
tución en 1821.
Desde 1810 los criollos de Nueva Granada y Venezuela trabajaron
para conformar repúblicas propias. Esta idea no mermó con los años de
guerra y en Colombia no dejó de añorarse, por eso durante la década
de existencia colombiana (1821-1831) continuaron trabajando en tal
propósito. En el caso venezolano, mucho antes de La Cosiata, existían
voces disconformes con la Constitución de Cúcuta y reclamantes de la
separación. Los movimientos de 1826 y 1829, más allá de pretender la
simple desmembración de Colombia, procuraban impulsar un proyec-
to de país eminentemente nacional, tal como había sido la intención de
aquella clase dirigente en 1811.
Colombia fue un Estado de guerra permanente y con una realidad
limitante en lo ideológico. Los pueblos que hicieron vida dentro de su
gran geografía no tenían una experiencia republicana real y permanente.
Venezolanos, granadinos y quiteños, que habían luchado por una idea
durante la guerra, presentaban en esa nueva coyuntura independiente
el problema de materializarla, hacerla efectiva, de lograr la adaptación
republicana en una población que durante tres siglos no conoció en la
práctica otro Estado que la monarquía. El desmontaje de instituciones
y autoridades del antiguo régimen no implicó una creación automática
[75]_ Cabe aquí el juicio de José Manuel Restrepo sobre ambivalencia de estos pue-
blos en materia administrativa: “Era sumamente difícil legislar en los congresos de
Colombia, porque muy pocas veces una misma ley podía convenir a Venezuela, Nueva
Granada o Ecuador” (Historia de Colombia, tomo 3, p. 655).